POR DAVID GUTIÉRREZ
Conocer a una Frida Kahlo más humana y menos mítica es uno de los objetivos que se planteó el escritor mexicano F. G. Haghenbeck (1965) en la novela El libro secreto de Frida Kahlo (Océano), texto que busca acercar a sus millones de seguidores por todo el mundo a una faceta poco conocida de la icónica pintora, pues los adentrará en su papel de cocinera y su fascinación por la “mexicanidad” a través de la fábula.
“Muchas veces se nos olvida que Frida Kahlo fue una gran cocinera, incluso le apasionaba más la cocina que la pintura. Para ella era muy importante la comida que hacía para Diego Rivera”, señaló en entrevista el autor.
Haghenbeck comentó que en su libro “más que retratar a la Frida histórica, quise hacer una fábula para adultos usando el registro de una novela de realismo mágico, pero narrando la historia de Frida; es decir, con todos estos elementos de iconografía y metáforas que tienen las tradiciones mexicanas como el Día de Muertos, la Catrina y elementos muy mexicanos que ella apreciaba mucho”.
La obra literaria parte de la leyenda de la libreta que fue encontrada entre los objetos del museo de la Casa azul, en Coyoacán, que se convirtió en un valioso hallazgo que se exhibiría, por primera vez, en el Palacio de Bellas Artes, en una monumental exposición dedicada a Frida, con motivo del aniversario de su natalicio. Misteriosamente, el día de la inauguración, la libreta desapareció.
El libro de Hierba Santa, como Frida lo llamaba, contenía, entre otras cosas, las recetas de cocina de los platillos que preparaba cada 2 de noviembre para su ofrenda de altar de muertos, como una promesa por haber salido viva de la poliomielitis que padeció durante su infancia.
“En cada hoja se podían encontrar pedazos de su interesante, dolorosa y excéntrica vida, plasmados entre ingredientes y sazones mexicanos”, señaló el Premio José Rubén Romero de Novela Bellas Artes 2014 De acuerdo con Haghenbeck, en esta nueva edición de su libro —con prólogo de Laura Esquivel, autora de Como agua para Chocolate— será posible conocer a la gran pintora y su estrecha relación con la muerte a manera de cuento.
“Frida siempre tuvo una gran relación con la muerte desde su gran accidente y sus múltiples enfermedades. Esa fascinación, que incluso podemos ver en sus cuadros, la traté de hacer literalmente, es decir, que realmente llegara a poder hablar y hacer tratos con la muerte para seguir viviendo, por ello le tiene que hacer el altar de muertos cada año”, detalló el también guionista.
Como una forma de reflexión, el escritor mexicano comentó que pretende dejar en sus lectores preguntas sobre lo que significa ser mexicanos y lo que eso representa, y por qué una mujer como Frida Kahlo se ha vuelto el símbolo de la “mexicanidad”.
“En el fondo vamos a encontrar que tenemos mucho más en común con esta Frida con defectos y virtudes de lo que podríamos pensar”, concluyó.