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La peor de la historia

Foto: Especial

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10 de Agosto 2022

JULIÁN PARRA IBARRA

El último día de agosto terminan las actuales administraciones en los 39 municipios del estado de Durango, y a partir del 1 de septiembre entran en funciones las autoridades que resultaron electas el pasado 5 de junio, y en el caso de Gómez Palacio, donde hace tres años Morena ganó la alcaldía y se suponía que se convertiría en la punta de la lanza para alcanzar la gubernatura, cerrará la que es considerada por la mayoría de los ciudadanos gomezpalatinos, como la peor de su historia.

Como a nivel nacional millones de mexicanos decidieron ir por el camino de la alternancia con el vendedor de esperanza e ilusiones, en Gómez Palacio los ciudadanos quisieron dejar atrás 80 años de hegemonía priista, y le dieron el voto a Marina Vitela Rodríguez que, aunque venía de las filas del priismo, se cobijó bajo la marca de Morena y eso le alcanzó para ganar, aunque con una diferencia paupérrima, de 2 mil 500 votos, en una de las votaciones más pobres, y con el más bajo número de votos que candidato alguno hubiera obtenido para convertirse en Presidente Municipal.

Muy pronto los gomezpalatinos sufrieron una gran decepción y desilusión, al ver que Vitela Rodríguez nunca terminó de sentarse en la silla, porque desde el primer día se mantuvo ocupada en empezar a trabajar la candidatura que, desde entonces aseguraba, la convertiría en la primera mujer y lagunera gobernadora del Estado de Durango.

Se olvidó de gobernar y cumplir su responsabilidad, pero no se olvidó de incluir a una buena parte de su familia en la nómina del municipio. Se olvidó de responder a los ciudadanos la confianza que le habían depositado en las urnas, pero no de mantener franca e intestina pelea contra todos los que no se alinearon a sus caprichos y, ya sabe, los calificó como sus adversarios, sus enemigos políticos, y la lucha se mantuvo tres años sobre la arena política en que convirtió a la administración municipal.

Impuso candidaturas a su antojo aún en contra de la voluntad de los ciudadanos, pero se topó con pared. Los ciudadanos, el pueblo bueno como dice el Presidente, pone, pero también quita. Y el pueblo bueno decidió no sólo no concederle la gubernatura de Durango, sino quitarle la alcaldía de Gómez Palacio, con derrotas tan claras, que no dejaron ningún resquicio para siquiera un intento de judicializar el proceso.

Y como diría un ex gobernador (lo bueno es que) no hay sexenio que dure más de seis años, ni trienio que dure más de tres. Y este, por fortuna está a punto de terminar, y se van con el desprecio de los ciudadanos. Lamentable. 

 

@JulianParraIba