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Migrantes centroamericanos solicitan asilo político en Estados Unidos

Foto: Especial

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09 de Julio 2018

Piedras Negras, Coahuila / 9 Julio 2018

Por: Mariela Pulgarin

Hasta cien migrantes centroamericanos son los que cruzan diariamente por el Puente Internacional Uno de Piedras Negras en Coahuila para solicitar asilo político en Estados Unidos, donde tras presentar su aplicación tan solo un diez por ciento logra acceder a este beneficio migratorio y el resto son deportados a esta entidad al día siguiente, informó José Guadalupe Valdez, defensor de los derechos de los migrantes en dicha ciudad fronteriza.

El resto de personas que no reciben el asilo político-alrededor de 90 por día- se convierten en una población flotante en la frontera, luego de que las personas esperan en Piedras Negras hasta tres meses en su afán de concretar una cita o respuesta positiva de las autoridades americanas.

Personal del Puente Internacional Uno de Piedras Negras mencionan que el cruce de centroamericanos como cruce peatonal es diario, incluso algunos lo hacen más de una vez al día, buscando una oportunidad para ser entrevistados por los agentes de inmigración de Estados Unidos.

El presbítero indicó que en este último mes hay días cuando se cierra completamente este posibilidad, dependiendo del criterio del agente migratorio que esté atendiendo en la entrada.

La esperanza de asilo político mantiene a los migrantes centroamericanos semanas y meses como población flotante en esta frontera.

“Dependen mucho de las declaraciones del presidente de EUA, ya que durante la separación de familias, disminuyó el flujo por temor, pero al restablecer la unión, se viene otra oleada de migrantes, sobre todo de mamás con niños”, señaló el presbítero.

Actualmente, en la Casa del Migrante hay mujeres con niños que tiene más de tres semanas esperando por una oportunidad y todos los días van a la guarda raya del puente para preguntar, por asilo político debido a que están en peligro por la violencia y pobreza  que se registra en sus lugares de origen.

La mayoría son de El Salvador, Honduras y Guatemala, y han tenido al menos un pariente víctima de la violencia, principalmente de pandillas, que acechan y amenaza a toda la familia.

 

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