Madres de migrantes piden a la Guadalupana encontrar a sus familiares

Por Guadalupe Vallejo Mora

México, 28 Nov (Notimex).- Con la foto de sus familiares colgando del cuello y la fortaleza de su fe, integrantes de la XV Caravana de Madres Centroamericanas en Busca de sus Migrantes Desaparecidos, visitaron la Basílica de Guadalupe, para orar y pedir a la “Morenita del Tepeyac” que les ayude a encontrar con vida a sus seres queridos.

Las 38 madres y familiares de los migrantes desaparecidos originarios de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua arribaron al Templo Mariano, a bordo de los autobuses que los trasladan desde Chiapas -donde inició su peregrinar el 15 de noviembre-, hasta Tabasco, estado en el que concluirán su recorrido por México el próximo 3 de diciembre.

Como cada año, recorrerán los kilómetros que forman parte de la llamada ruta migratoria en busca de pistas y de sus hijos que desaparecieron en el territorio mexicano. Ellas, tienen la confianza de impactar a la sociedad de México a la que piden solidaridad con su causa.

El objetivo es localizar a sus seres queridos y reunir a sus familias rotas por el fenómeno del desplazamiento forzado, compartir experiencias de búsqueda y sanación, alimentar la esperanza y reconocer que el problema de las desapariciones de personas en movimiento es mundial y extremadamente complejo.

A su llegada al Santuario Mariano más importante de América Latina, las mujeres se mostraron admiradas por la belleza y el tamaño del lugar, al que diariamente confluyen cientos de fieles para implorar y, en muchos casos, pedir un milagro que pueda aliviar sus penas.

A esas plegarias se sumó la señora Lidia López Méndez, de Guatemala, quien vino a México a buscar a su madre María Alicia y a su hermana Elizabeth, desaparecidas en Chiapas, en 2004.

Al igual que el resto del grupo, sobre su cuello cuelga la fotografía de sus seres queridos, en espera de que, a su paso por territorio nacional, sea en hospitales, cárceles o lugares públicos, alguien pueda darle alguna pista para localizarlos.

También porta orgullosa, como el resto de las madres y familiares, su bandera nacional, misma que despliega al interior de la Basílica donde accede a tomarse una fotografía, en cuyo fondo se observa el altar principal y hacia arriba, la imagen de la Guadalupana.

Lidia sabe que aún es arduo el recorrido, pero no por ello decae su esperanza, ni mucho menos su fe. “Sabemos que Dios va a traer con bien a nuestros familiares”, expresó mientras se da unos minutos para admirar el rostro de la Virgen de Guadalupe que, como madre amorosa, parece cubrir a todas con su manto.

El resto de las madres migrantes, se persigna y ora en silencio para demandar a la Virgencita del Tepeyac que les conceda el milagro de encontrar a sus familiares con vida, porque “vivos se fueron, vivos los queremos”.

Una a una, pasa por la banda ubicada debajo del altar principal, para poder observar más de cerca a la “virgencita”.

Tal es el caso de Alva Marina Enamorado Díaz, procedente de Honduras y quien busca a su hija Marlén Trejo, que se perdió en Ciudad Hidalgo, Chiapas, el 15 de noviembre de 1988, a la edad de 14 años.

Es la primera vez que viene a México, apoyada por la Caravana, en la que “ha habido resultados muy buenos, por eso nos dan ánimos, esperanzas y fuerzas” para seguir.

“Actualmente (Marlén) tiene 35 años”, destacó mientras muestra la fotografía de su vecino de nombre Juan Carlos Díaz, quien desapareció hace 12 años en Piedras Negras, Coahuila.

“Nosotros estamos en la búsqueda y pedimos a las autoridades que por favor les den el pase (a los migrantes) y les cubran sus derechos. Todos somos emigrantes, pero no son delincuentes, ellos son personas que vienen con el sueño americano”, solicitó.

Del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos (Cofamide), Lucía Contreras, resaltó que el día que el gobierno de México les presente un caso de algún migrante localizado, “vamos a decir que sí están haciendo algo…les vamos a dar un voto de confianza”.

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NTX/GVM/JRD-MTG