Santo Cristo de la Capilla, mucha fe y pocas dádivas

Pese a la gran derrama económica de casi 5 mdp que generan los festejos al santo patrono, la Iglesia no tiene presupuesto para su conservación

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Con más de 400 años de antigüedad, con menos de 4 kilos de peso, la imagen más venerada de Saltillo, la que en más fotografías aparece en una de las Catedrales más fotografiadas del país, tiene un presupuesto cero para su conservación. Tan solo en ingresos municipales con la instalación de 490 puestos con una renta promedio de mil pesos cada uno, se obtendría medio millón de pesos solo en el arrendamiento del espacio público, ni que decir de las ganancias de entre diez y 30 mil pesos al día por puesto.

Mínimo, la fiesta patronal del 6 de agosto, recauda en ventas 4.9 millones de pesos en un día. Sin embargo, el Santo Cristo a la sombra de la Catedral de Santiago, es también el santo más pobre. Ni la fe y devoción de los asistentes a la Iglesia, ni la herejía del comercio expulsado de los atrios, le alcanzan para la conservación y restauración de la pieza que por su belleza concentra en la pasta de caña con la que está hecha, la fortaleza de la fe y a la vez, su fragilidad.

La última conservación de la que ha sido objeto, no costó más de 700 mil pesos. Hasta antes de la pandemia, más de 40 mil personas acudían a esta festividad.

Para el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Coahuila, Francisco Aguilar Moreno la imagen corresponde al Patrono de Saltillo y tan solo por ello, vale la pena su conservación. Y si no es cuestión de Fe, es cuestión de arte al ser una pieza invaluable.

“Si nosotros tenemos la oportunidad ahorita de poder ver una pieza que tiene más de 400 años, las generaciones futuras no van a tener chance de verla. No estoy diciendo que la pieza se vaya a nadar ni nada, pero lo cierto es que con el movimiento que se genera, que anteriormente se sacaba a la calle en procesión, afortunadamente tuvimos la oportunidad de platicar con Don Raúl y se decidió ya no sacarlo, se habló de una réplica, que es lo ideal en términos de conservación y en términos de Fe y de tema antropológico, que es lo que sucede con el movimiento de la pieza, habría que considerar esta posibilidad”.

Para él el tema de la réplica no está vedado.

“En muchos lados se utilizan réplicas, la pieza más antigua de la que se tiene conocimiento en el país, que se saca en procesión, se llama el Niño Pa, en el área de Xochimilco, pero tiene una altura de menos de 40 centímetros, está hecho igual de pasta de caña, una pasta muy delgadita; pero sin embargo el Niño Pa va todos los años al doctor, va todos los años a la escuela de Conservación a que le realicen una revisión de su estado, lo mueven ciertas personas como aquí los Caballeros del Santo Cristo, pero obviamente el movimiento es muy diferente”, comentó.

“Aquí bajarlo, trasladarlo a la Catedral, lleva un riesgo. Si me preguntan ¿Qué haría usted? yo digo, ya no moverlo. Pero no puedes luchar contra esa tradición”, agregó.

Y si bien antes hubo patronatos que lograron reunir recursos para restaurar y rehabilitar la pieza, ahora no hay nada para su conservación.

“Desafortunadamente no hay nada, lo que estamos buscando es una reunión con el nuevo obispo Hilario González, que cuando hemos tenido oportunidad de platicar estos temas, dicen que están muy interesados en la conservación del patrimonio; sin embargo nosotros no tenemos ese recurso y la intención es poder generar un patronato, yo conocí uno pero desafortunadamente ya no ha habido ni reuniones de la gente que estaba, alguno de ellos desafortunadamente ya falleció y por qué no generar algo nuevo o reactivar algo que esté ahí porque sin la ayuda de los feligreses no se puede; y si bien nos tocó el tema de la pandemia, no había ni gente que acudiera al templo, es cosa de buscarle, desde el gobierno hasta empresarios, a ver quién le quiere entrar a la conservación del ícono de la ciudad”, manifestó.

A pregunta expresa de si es cara o no la conservación, dijo, la última no llegó ni a los 700 mil pesos hace casi dos décadas.

“Depende, es caro según cómo lo valoremos; es algo que nos va a costar cuando no lo tengamos. La última vez que se intervino la pieza del Santo Cristo fue en 2006, lo atendió el maestro René Rangel, un restaurador reconocido, vecino en Monterrey, presentó un proyecto que es el órgano rector en el tema de conservación y se lo aprobaron, hizo la radiografía, no fueron ni 700 mil pesos en aquel tiempo y estamos hablando de una pieza que costaría millones”, añadió.

“Cada vez que lo bajan, nos avisan, revisamos el mecanismo donde está el Santo Cristo para antes de bajarlo por medio de un malacate mecánico, se engrasa el mecanismo, dictaminamos la pieza, pero es la oportunidad una vez al año de revisarlos a detalle y a conciencia”, comentó.

Finalmente, el funcionario federal señaló que el recurso no es tanto,”para el béisbol le metemos más dinero, en su tiempo a los toros y esta es la pieza ícono de los saltillenses y está en uno de los edificios más fotografiados del norte de México”.