Rosca de Reyes, la joya de la 'Casita del pan'

CHRISTOPHER VANEGAS

El olor a pan recién horneado se expide de la esquina de Acuña y Escobedo, en el interior de este lugar, un grupo de nueve jóvenes prepara las roscas de reyes  para este 6 de enero, vendiendo hasta 300 roscas durante esta temporada.

Ahí, en ese cruce, una casa de ladrillos del Saltillo viejo, es llamada “La casita del pan”, negocio que comenzó hace cinco años por la inquietud de Iván y de Adriana, que querían conservar la tradición panadera, pero con un vuelco innovador, algo muy propio.  

Con el paso del tiempo se fueron sumando más jóvenes, Omar, Luis, Ana Alvarado y Ana Ibarra, Arely y Aracely, quienes aprendieron el oficio de la masa y lo practican a diario.  

El trabajo es arduo, más por esta fecha, pues desde las 7 de la mañana llegan para preparar los materiales que se necesitan para la rosca de reyes y no es sino hasta la 1 de la mañana que terminan de hacerlas. Al menos así ha sido durante estos últimos días.  

El trabajo es arduo, el calor que se expide del horno es abrumador, pero los ánimos no cesan, hacen la rosca tradicional, esa que simboliza el pasaje bíblico entre el encuentro de los Reyes Magos con el niño Dios, que se le conoce Epifanía. 

La preparan ovalada, como toda rosca de reyes ya que esta forma, según la tradición de dicha rosca, representa el círculo infinito del amor a Dios, ya que no tiene principio o fin. 

Y claro, ponen los tradicionales dulces y frutas que evocan las coronas de los Reyes Magos, cuyos múltiples colores simbolizan un mensaje de paz, amor y esperanza. 

Pero también entienden que los gustos son variados y diversos, por lo que innovaron con varios sabores, teniendo como “joya de la casa” la rosca de reyes completamente de mazapán, ya que toda su cubierta es masa de mazapán. 

Además, hicieron unas rellenas de queso crema con zarzamora, para abarcar todos los gustos y complacer el paladar de los saltillenses, ese que jacta de ser selecto y exclusivo.  

Pero claro, todas las roscas tienen en su interior un muñeco de plástico que simboliza el encuentro del profeta por los Reyes Magos, que, en México, desde la llegada de Rosca, en el Virreinato da pie a otra tradición, la del “día de la Candelaria” en donde a quien le toca el muñeco tiene que agradecer con tamales la bendición recibida.