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Héroe saltillense recuerda la tragedia de Puente Moreno

Relata su vivencia de aquella tragedia. Foto: Especial

Relata su vivencia de aquella tragedia. Foto: Especial

05 de Octubre 2016
Hoy se cumplen 44 años del fatal accidente en el que fallecieron más de mil peregrinos

“Esa foto me persiguió y marcó toda mi vida como parte de una de las historias que uno nunca quisiera vivir”, expresa Antonio de la Cruz Rodríguez, que se convirtió en la viva imagen de la tragedia y se hizo célebre al ser inmortalizado hace 44 años en una fotografía que le dio la vuelta al mundo y que fue tomada en el lugar donde ocurrió el trenazo de Puente Moreno el 5 de octubre de 1972.

La estampa, reproducida en diarios nacionales e internacionales, muestra a un joven de 19 años, con el rostro desfigurado por el dolor ajeno, sacando de entre los fierros retorcidos de los vagones del tren a una niña agonizante, de no más de 5 años que finalmente murió en sus brazos.

A más de cuatro décadas de ese suceso, asegura que no se siente héroe por participar en el rescate, pues dice haber visto a cientos de verdaderos héroes anónimos esa noche del 5 de octubre, que luego de las fiestas de San Francisco acudieron a ayudar a rescatar personas o cuerpos de entre los restos que dejó el trenazo en una de las entradas del sur de Saltillo.

Con 66 años hoy en día, el hijo de un ferrocarrilero, mejor conocido como Toño de la Cruz, contó parte de la historia que dejó una profunda huella en su vida: “Este 5 de octubre se cumplen 44 años de la tragedia de Puente Moreno, en la que fallecieron más de mil peregrinos, según cifras extraoficiales, pero eso no hace ni por tantito olvidar como si fuera hoy la catástrofe que vivió la ciudad”, relata Toño.

“En aquel entonces contaba con 19 años, vivía en la calle Álvaro Obregón, a un lado de la colonia Landín, y ya casi era media noche cuando un hombre bajó corriendo la peña gritando que “se había caído el tren” más arriba, por lo que junto con unos amigos tomamos una camioneta y nos dirigimos al lugar.

“Veíamos con tristeza, asombro y terror, a medida que nos adentrábamos en el camino, nubes de polvo, fierros que no podías reconocer como vagones del tren enterrados en la ladera y cuerpos y extremidades a lo largo del camino”.

Según Toño de la Cruz, las investigaciones posteriores arrojaron que se trataba de un tren con más de 22 vagones, sin contar el cabús y la máquina, que procedente de Real de Catorce con miles de peregrinos que regresaban de venerar a San Francisco de Asís.

“Fue a la altura de Carneros -menos de 50 kilómetros de la entrada de Saltillo-, que el convoy empezó a ganar velocidad aparentemente por una falla en los frenos que lo hizo descarrilar en la zona conocida como Puente Moreno.

“Se vino el tren a una velocidad vertiginosa, y posteriormente se pudo comprobar que por lo menos traía 160 kilómetros por hora y que si no hubiese caído en ese puente, hubiera llegado hasta la calzada Emilio Carranza, en la zona centro, y provocar una tragedia mayor”, resaltó.

La foto que dio la vuelta al mundo

Antonio de la Cruz Rodríguez contó que su único acierto es haber acudido como muchos saltillenses al auxilio en la tragedia, sin embargo fue su estampa, su rostro y la víctima que cargaba la que lo hizo parte de esta historia que enseguida contó: “En aquel entonces, cuando estábamos en la búsqueda de sobrevivientes, llegó una camioneta del desaparecido periódico Independiente, del que salió el periodista Héctor García Bravo, ya fallecido, quien con su cámara me captó entre las sombras de la oscuridad, justo cuando llevaba a una niña en brazos, que luego murió.

“La foto le dio la vuelta al mundo y fue galardonada con el Premio Nacional de Periodismo 1972, y refleja la angustia y terror en mi rostro por la impotencia de ver agonizar a la pequeña que luego falleció en mis brazos”.

Finalmente, esta gráfica fue el rostro de la tragedia de uno de los accidentes ferroviarios más graves en la historia del país y que ocurrió en Saltillo, justo al término de las fiestas de San Francisco.

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