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El sexenio más violento contra los periodistas

Foto: Especial

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18 de Febrero 2022

LUIS GUILLERMO HERNÁNDEZ ARANDA

El discurso es muy distinto a la realidad. Sobre todo, cuando los datos duros desnudan la mañanera de Andrés Manuel López Obrador, que por cierto este fin de semana visitará Coahuila.

El presidente se dice defensor de la libertad de expresión, pero lleva dos semanas criticando la labor de Carlos Loret de Mola. Pareciera que para el presidente sólo son buenos periodistas aquellos que van a sus ruedas de prensa y le dicen que es el mejor gobernante de la historia. En cualquier actividad de la vida la crítica sirve para ayudar, no es de extrañar que los gobernantes se enojen por los señalamientos, pero en este sexenio se ha rebasado la intolerancia.

El presidente no ha reparado que utiliza recursos públicos para criticar la imagen de los comunicadores, tampoco ha reflexionado que al ser un hombre tan popular alienta los mensajes de odio contra los periodistas y lo que es peor actos de violencia que en muchos casos derivan en asesinatos. El discurso de buenos contra malos no abona a la cohesión de la sociedad, por el contrario, alienta a la violencia.

En apenas tres años de gobierno 151 periodistas y activistas han sido asesinados. Además de que la impunidad prevalece en más del 90 por ciento de los homicidios de periodistas y en el 99 por ciento en los de defensores de derechos humanos, de acuerdo a datos de la propia Secretaría de Gobernación.

De acuerdo a la organización internacional Artículo 19, que sólo contabiliza aquellos casos en los que se presume que el crimen se debe a la labor periodística, en los primeros 39 meses de López Obrador han sido asesinados 30 periodistas.

La cifra representa más violencia que en el sexenio de Enrique Peña Nieto donde en el mismo periodo (1 de diciembre 2012 al 14 de febrero 2016) fueron asesinados en el país 18 periodistas. Mientras que en el periodo similar de la administración del expresidente Felipe Calderón (1 de diciembre de 2006 al 14 de febrero de 2010) fueron 24 los comunicadores ejecutados.

Estamos muy lejos de tener un país en paz y tranquilidad. A estos crímenes de comunicadores hay que sumarle todos los homicidios que se registran en el país y los números, fríos como son, nos indicarán que la táctica de abrazos y no balazos no está dando resultados.

Sin duda resulta muy triste vivir en un país donde se persiguen a periodistas, a científicos, a investigadores. Dónde se crítica a la clase media por quererse superar, donde se crítica a las feministas y a los delincuentes se les deja en libertad. Ojalá y el presidente rectifique el camino y gobierne para todos, no sólo para aquellos que piensan como él.