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Cierra Iglesia la puerta a matrimonios igualitarios

El vicario judicial del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Saltillo, Mario Cruz, indicó que sus fundamentos se basan en la biblia.

El vicario judicial del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Saltillo, Mario Cruz, indicó que sus fundamentos se basan en la biblia.

02 de Febrero 2023

LESLIE DELGADO

“No hay opción de que parejas de la población LGBT se casen por la iglesia católica”; dijo el vicario judicial del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Saltillo, Mario Cruz al ser cuestionado sobre la posibilidad de que las parejas homosexuales se unan en matrimonio bajo los ritos de dicha religión. 

En este sentido indicó que sus fundamentos se basan en la biblia y en el significado etimológico de la palabra “matrimonio”, es decir de la unión entre un hombre y una mujer heterosexuales. 

“Creo que hay una revelación en la que está fundamentada la iglesia que es la biblia, desde el génesis, el libro de Mateo y los evangelios hablan de varón y mujer, entonces al menos matrimonio el mismo término etimológico ‘matriz’ mujer, ‘monium’ trabajo creo que el trabajo de estas dos partes generan las condiciones para hablar de un sacramento matrimonial”, detalló.

Aunado a lo anterior, argumentó que la iglesia no puede romper la norma establecida en la dogma católica, aunque haya la intención de que una pareja de la población quisiese casarse.

“Sin duda habrá la intención de establecer un vínculo sagrado, pero no podemos establecer nosotros lo que Cristo no estableció. El dejó muy claro lo que es la acción del hombre y la mujer y no aceptó en su momento o por lo menos no hay doctrina alguna para aceptar la relación hombre-hombre, mujer-mujer, pero eso no significa que nosotros no los aceptemos y acompañarlos en un proceso de conversión a Dios”, desdeñó.

Cabe recordar que en el 2021 el Vaticano declaró que la unión homosexual es un pecado y Dios no puede bendecirlo. Frente a esta rígida postura, más de 100 sacerdotes católicos alemanes decidieron desafiar al Vaticano con bendiciones públicas de parejas homosexuales, una reivindicación que representaba la necesidad de una Iglesia Católica que se adapte a la realidad social de sus fieles en todo el mundo.