A la Báscula

Memoria corta

Por: Julián Parra Ibarra

“(…) nada de que el presidente no sabe, el presidente no se enteró, el presidente no tiene buenos colaboradores, lo engañan, el presidente es bueno pero sus funcionarios no le ayudan, son corruptos. Mentira, el presidente de México se entera de todo (..) para que quede claro”.

El anterior, es un fragmento no de declaraciones de ‘los adversarios’, de ‘los conservadores’, sino de un discurso emitido por el presidente Andrés Manuel López Obrador en una visita a Guachochi, Chihuahua, aunque era la repetición de otros que ya había venido dando a lo largo de todo el año, en enero, en agosto, en septiembre, a principios de octubre, aunque abordando el tema de la corrupción.

“Si (los funcionarios) hacen una transa grande, grande, grande, es porque el presidente lo permitió. Es lo mismo en los estados, si hay un negocio jugoso es porque lo permite el gobernador, nada de que no se enteró”.

Sus palabras de que el presidente es el hombre mejor informado de México, sin embargo, no se pueden ceñir sólo al tema de la corrupción. También aplican en todos los ámbitos importantes para la vida y la seguridad nacional, entre ellos el fallido operativo del jueves pasado en Culiacán.

Por ello resulta poco creíble que este martes dijera que no fue informado –“nada de que no se enteró”, diría él mismo-, sobre el operativo que elementos de las fuerzas federales llevarían a cabo para cumplir una orden de captura contra Ovidio Guzmán López. “(…) no estaba informado, no me informan en estos casos, porque hay una recomendación general, hay un lineamiento general que se aplica en estos casos” ¿Tons?

Hay un montón de dudas en derredor de esos hechos, pero el debate no debería centrarse en si fue una decisión humanista o irresponsable. Cualquiera con dos centímetros de cerebro hubiese tomado una decisión al menos muy similar.

El debate debería centrarse en cómo fue que se llevaron las cosas hasta un callejón sin salida, quiénes son los responsables de tomar sobre las rodillas decisiones de este tamaño sin haber ‘tocado base’ con el Presidente y los integrantes del Gabinete de Seguridad. Lo de la decisión presidencial fue al final la consecuencia de todo el desmadre que le generaron quienes dieron la orden de implementar el fracasado operativo para detener al hijo (¿los hijos?) del ‘Chapo’ Guzmán, y que pusieron en riesgo las vidas de muchísimos ciudadanos y aun de integrantes de las fuerzas armadas y sus familias.

¿Y todo se quedará así, como si nada hubiera pasado? ¿Será la eterna apuesta a la memoria corta de los mexicanos?

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@JulianParraIba