Por Miroslava Zapata
El tabaco es una de las drogas más empleadas por los jóvenes, un problema de salud. Los riesgos están asociados al tiempo en que se inicie la costumbre de fumar, más graves serán sus consecuencias, ya que los adolescentes son más vulnerables a los efectos adictivos de la nicotina, pues su cerebro todavía se desarrolla, declaró Jesús Ismael Ramírez Guerrero, miembro del Consejo Mexicano de Psicología, quien también labora en el Hospital Universitario de Saltillo.
“A los 13 años es cuando crece la inquietud de un menor por fumar, y de los 16 a los 18 años es la edad donde más se incrementa el número de los fumadores, lo cual es alarmarte y ante esto los padres deben de estar al pendiente de sus hijos, de lo que hacen y de cómo evitar que lo sigan haciendo”.
Para el profesional, las compañías de un adolescente siempre van a ser determinantes para que él se inicie en el mundo del tabaquismo, pues la mayoría de los jóvenes fumadores tienden a incitar a sus amigos a hacerlo, al decirles las sensaciones que ellos perciben al fumar un cigarro.
Ramírez Guerrero asegura que la adicción a la nicotina hace muy difícil dejar de fumar una vez que esto se ha vuelto un hábito, pero no imposible, pues asegura que esta adicción se puede superar cuando los motivos psicológicos para fumar son eliminados.
Agrega que si un menor de 13 años comienza en el mundo del tabaquismo es por la falta de atención que sus padres han puesto en él, al acceso que él ha tenido a Internet o gracias a que de una u otra manera obtiene un cigarrillo, lo cual es alarmante, pues este acceso no lo tendría si no fuera por descuidos de los padres que los dejan en cualquier lado o bien los dejan juntarse con personas que pueden facilitárselos.