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Activista acusa a Napo por muerte de mineros en Pasta de Conchos

Foto: Especial

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03 de Septiembre 2018

Monclova, Coahuila / 3 septiembre 2018

Por: Jesús Medina

Si Napoleón Gómez Urrutia busca se haga justicia en el Caso Pasta de Conchos, debe entregarse a las autoridades porque es cómplice de esta tragedia ya que jamás hizo el intento por cerrar la mina a pesar de los elevados índices de inseguridad laboral, considera Cristina Auerbach Benavides, quien apoya a los familiares de los mineros caídos hace casi 13 años.

La dirigente de la organización Familia Pasta de Conchos desmiente al ahora senador Gómez Urrutia en su intención de “abrir” el caso de Pasta de Conchos cuando legalmente no está cerrado; en marzo del 2017 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, dieron cabida a los expedientes  de señalamientos legales de 58 familias, con mil 100 personas afectadas directamente en esta desgracia.

 

 

Cristina Auerbach descalifica las declaraciones del líder minero, señala que miente para intentar legitimar su llegada al país tras enfrentar serios cuestionamientos después de esta desgracia minera.

La activista social insiste en que el senador miente para reivindicar una imagen cuestionada cuando se supo volvería con mayor poder, tiene dinero y se le facilitan las cosas, pero no debe creérsele ya que los únicos emplazamientos que hizo al Mineral Pasta de Conchos, de Germán Feliciano Larrea Mota-Velazco, fue por revisiones salariales, nunca intentó cerrar la mina por condiciones elevadas de inseguridad.

 

 

Gómez Urrutia es cómplice de la desgracia minera de Pasta de Conchos, al mismo grado que Grupo México, al mismo nivel que el Estado que jamás actuó contra los concesionarios mineros, y no lo hizo por temor a los escándalos, asegura.

Añade que estaban en tratos de concesiones a empresarios canadienses y no les convenía; Gómez Urrutia tenía poder de parar la mina y tampoco lo hizo. Le interesaban más las cuotas de los mineros que otra cosa.

El líder minero representaba solamente a 28 de los 65 mineros caídos, el resto eran trabajadores de General de Hulla y 5 eran empleados de confianza.

Debe entregarse y decir qué pasó, dijo Auerbach.

Ratificó que tribunales internacionales mantienen abierto el expediente de Pasta de Conchos, “no sabemos si por ignorancia se mantenga en la postura de decir que abrirá el caso, o por mentir, para legitimar su llegada”.

Llamó a la clase minera a recapacitar sobre el líder minero; pidió no dejarse engañar por los que han creado nuevos sindicatos, son 10 agrupaciones, pero hay que ver ya que “todos estuvieron coludidos con Napoleón Gómez Urrutia”.

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