Especialistas internacionales consideran que el proceso electoral que acaba de iniciar en Brasil será el más impredecible en la historia reciente del país que salió de la dictadura militar en 1985.
Sin embargo, parece que la balanza se inclina a favor del ex presidente y ahora candidato presidencial, Luiz Inácio Lula da Silva, quien lidera la intención de voto con 31 por ciento, por 22 del ex militar y diputado de extrema derecha Jair Bolsonaro.
A las puertas del Tribunal Superior Electoral (TSE) miles de seguidores gritaron consignas a favor del exmandatario, quien cumple una condena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero.
El Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió al gobierno de Brasil garantizar los derechos políticos de Luiz Inácio Lula da Silva para que pueda ejercer su candidatura a la presidencia del país.
La popularidad de Lula es tan aplastante que en 2009 el ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, dijo que era “el político más popular de la tierra”. Dejó la presidencia con más del 80 por ciento de aprobación.
Pero, ¿a qué se debe su nivel de aceptación, aún ocho años después de haber dejado el cargo?
Muchos electores brasileños parecen considerar a Lula como una opción todavía atractiva porque consideran que todos los políticos son corruptos, sin embargo Lula mejoró sus vidas.
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