POLITÉCNICO

Por: Hugo Díaz

El reciente anuncio del gobernador Miguel Ángel Riquelme de la construcción en San Buenaventura  de una unidad académica del Instituto Politécnico Nacional sin duda alguna es uno de los más ambiciosos proyectos en materia educativa de la actual administración.

Se trata de traer a Coahuila la filosofía educativa de una institución de reconocimiento internacional por su calidad e impacto social.

Más allá de la oferta educativa que se va a plantear por parte del instituto, el valor social que se le debe de dar a este proyecto rebasa las fronteras de la zona centro del estado y por ende se debe reconocer, se sea priista, panista, morenista o antipriista.

La región Carbonífera en el año de 1990 vivió una situación muy similar que solo con el paso de los años le dio la razón a quienes así lo visionaron.

Corría el año de 1990 y gracias a la visión de un hombre como don Edilberto Edmundo Montemayor comenzó a bailar la idea de establecer una institución educativa de nivel superior que viniera a satisfacer la demanda en materia de mano  de obra ue el sector empresarial ya comenzaba a necesitar, secundado por don Antonio Gutiérrez fue que la idea cobró forma y se hizo realidad. 

Antes de 1990 quien terminaba la preparatoria y quería seguir una ingeniería, distinta al ramo de la minería, tenía que dejar a la familia y viajar al menos 120 kilómetros al sur o la misma distancia pero al norte para superarse profesionalmente.

Esto es, tenía que estudiar en Monclova o en Piedras Negras. La llegada del Tecnológico de la región Carbonífera a la villa de Agujita vino a satisfacer no solo la demanda de mano de obra de la industria de la región. 

Dada la profesionalización de sus egresados, éstos pronto encontraron cabida en empresas de otras regiones del estado, el pais e incluso en el extranjero.

Pero el impacto social del Tecnológico no se redujo a ello, significó una oportunidad para reencontrarse con el camino del estudio a quienes, como el que esto escribe, por cualquier circunstancia de la vida no habían podido continuar estudiando al terminar la preparatoria.

Y es que el problema no solo era económico, sino que ahora se tenía la obligación de tener un trabajo para mantener a la familia. El Tecnológico permitió por su modalidad de estudios trabajar y estudiar; y una vez terminada la carrera buscar mejores oportunidades de superación.

En San Buena y sus alrededores deben de voltear a la Carbonífera y saber que tienen enfrente una estupenda oportunidad para ayudar al desarrollo de Coahuila y al desarrollo unipersonal. Solo es cuestión de comenzar y darle tiempo al tiempo.

De salida les digo que el Tecnológico de la Carbonífera se puso en Agujita para dejar contentos a quienes lo querían en Nueva Rosita y a quienes lo querían en Sabinas.