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Fútbol y sociedad

18 de Junio 2018

TRAS LA NOTICIA

Por Alfredo Dávila Domínguez

Fútbol y sociedad

Era un grito atorado en mi garganta. Tenía años ahí, muchos; décadas enteras. Y hoy por fin pudo surgir, ronco, poderoso, desde  mis entrañas. Gritar el gol de  “Chucky” Lozano frente a Alemania fue una catarsis, un alivio, un dejar atrás mucho tiempo de frustraciones y decepciones. Y minutos mas tarde la atajada de Memo Ochoa, sacando  un balón que irremediablemente entraba por el ángulo de la portería mexicana, tuvo la virtud de hacer brotar un segundo grito de orgullo, de pasión, de júbilo. Ya cuando el árbitro decretó el final del partido que ganábamos a Alemania, el tercer grito fue loco, irracional y con lágrimas en los ojos.

Si, lo sé. Es solo una victoria, en la primera fase apenas del Campeonato Mundial de Fútbol.  Es cierto, falta mucho camino; pero esta victoria ante el actual campeón del mundo nos sabe a gloria a los mexicanos. Lo requeríamos, lo necesitábamos. Mañana  ( hoy ) lunes nuestro país seguirá con su vida normal, en lo cotidiano de sus problemas, pero cada uno de nosotros  tendrá conciencia de que no somos menos que nadie, que somos capaces de hacer cualquier cosa igual o mejor que cualquier raza, que cualquier nación del planeta.

Quizá pueda parecer descabellado iniciar una colaboración semanal en un medio como “Capital Coahuila”, hablando de fútbol, particularmente si la idea central es tocar temas de política, gobierno y sociedad. En ese sentido una disculpa a los lectores y a Capital Media – que con generosidad ha abierto espacio en sus páginas a este reportero – y claro que ya habrá tiempo y oportunidad de hablar de todos los temas posibles. Pero sí, aquí y ahora tenemos que festejar esa victoria, sobre todo si fue lograda a base talento, con pasión y con cojones.

En efecto, habrá momento para tratar y analizar las situaciones que vive – quizá sea mas acertado decir padece-, nuestra sociedad. La elección del próximo presidente de la república, que aunque prácticamente definida, puede deparar sorpresas, sobre todo en la conformación del Congreso federal;  la situación económica que se nos viene encima, con un peso cada vez más en picada y una tambaleante relación comercial con Estados Unidos y Canadá ( TLCAN ), el creciente odio del presidente Trump contra los mexicanos;  la imparable violencia en casi todo el territorio nacional y que ha empezado a alcanzar también a la clase política. En fín, los temas de la agenda nacional son muchos y muy variados.

Y que decir de los problemas de Coahuila, que aún con ser prácticamente los mismos que  tenemos a nivel nacional, tienen  una dinámica propia que obedece a las características propias de nuestro estado. Los delitos patrimoniales a la alza, la presencia de delincuencia organizada, el peligro de colapso del Cluster automotriz por los aranceles que pretende imponer el vecino del norte, la creciente ola de suicidios sobre todo entre los jóvenes de todas las regiones y un largo muy largo etcétera.

Creo que en la medida que la sociedad en su conjunto tome conciencia de la importancia de participar en la toma de decisiones, mas pronto empezaremos a vislumbrar la solución de esos problemas que nos aquejan. Y soy un convencido irredento, que desde los medios masivos de comunicación tenemos la oportunidad y la obligación ineludible de participar, haciendo punta de lanza, de ese proceso de concientización y participación que nos convierta en una sociedad democrática verdadera y completa y no solo – como sucede hasta ahora – conformandonos con solo ir a votar. Cuando vamos.

Volviendo al tema del fútbol, quien sabe que suceda en lo que resta de esta copa del mundo en Rusia, hasta donde llegará el equipo nacional. Claro que queremos mas triunfos, mas satisfacciones, ojalá y sigan jugando como pueden y saben los futbolistas mexicanos. Que nos sigan haciendo gritar y derramar lágrimas de emoción.

Pero, por sobre todo, ojalá y esta clase de victorias nacionales tengan la virtud de iniciar un proceso de que nos permita recuperar el orgullo de ser lo que somos: Mexicanos, ni mas ni menos.