Capital Coahuila
WWW.CAPITALCOAHUILA.COM.MX
Viernes 26 de Abril 2024
UnidadInvestigación
| | |

Mirar para otro lado

AP Foto /Ariana Cubillos,ARCHIVO - En esta fotografía de archivo del 18 de septiembre de 2018, el presidente venezolano Nicolás Maduro hace un gesto durante una conferencia de prensa en el Palacio Presidencial de Miraflores, en Caracas, Venezuela. (AP Foto/Ariana Cubillos, archivo)

AP Foto /Ariana Cubillos,ARCHIVO - En esta fotografía de archivo del 18 de septiembre de 2018, el presidente venezolano Nicolás Maduro hace un gesto durante una conferencia de prensa en el Palacio Presidencial de Miraflores, en Caracas, Venezuela. (AP Foto/Ariana Cubillos, archivo)

11 de Enero 2019

Finalmente este jueves 10 de enero del 2019 Nicolás Maduro Moros asumió un nuevo periodo presidencial en Venezuela que concluirá en el año 2025.

La Organización de Estados Americanos aprobó un pronunciamiento en el que desconocía la legitimidad del gobierno de Maduro y lo instaba a entregar el poder ejecutivo a la Asamblea Nacional, el auténtico congreso venezolano electo en el 2015 y que en los hechos ha sido borrado de la vida pública por el régimen chavista de Maduro.  

El pronunciamiento de la OEA se dio sin embargo con la abtensión de México, que con ello dio un giro de 180 grados a la política que nuestro país venía siguiendo en torno a lo que sucede en Venezuela. Durante la administración de Enrique Peña Nieto, nuestro país fue un entusiasta promotor del llamado Grupo de Lima y de la adopción de posturas críticas en el seno de la OEA frente al socavamiento sistemático que de la democracia se venía llevando a cabo en Venezuela.

La llegada de López Obrador al poder implicó que en la última resolución de la OEA  México decidiera abstenerse esgrimiendo el argumento de que en el artículo 89 fracción X de nuestra constitución se consagran principios de política exterior como el de no intervención y el de autodeterminación de los pueblos que limitan la acción exterior de nuestro país.

Lo cierto es que cuando una nación y sobre todo un gobierno está auténticamente comprometido con la democracia, no puede hacerse de la vista gorda cuando ésta ha sido vulnerada como por cierto indudablemente ha ocurrido en Venezuela.

No se puede estar bien con dios y con el diablo y más le valdría a nuestro país volver a impulsar en el exterior los valores de tolerancia, legalidad, democracia y republicanismo con los que teóricamente estamos comprometidos. No se vale creo yo simplemente mirar para otro lado.