Vigilar a los traidores

JULIÁN IBARRA PARRA

Por estas épocas del año, en nuestro país, siempre había sido una tradición que durante la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para ejercerse al año siguiente, los gobernadores y personeros de los mandatarios estatales, desfilarán por las oficinas del presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados en turno, siempre con la intención y objetivo de poder allegar mayores recursos que los asignados, tratando de argumentar los por qué y para qué de sus peticiones.

A partir de la actual administración del Gobierno Federal aparentemente las cosas han cambiado, pero siempre hay un puente para establecer los vínculos entre los gobiernos estatales y los encargados de repartir el presupuesto de manera equitativa, siempre tomando como base las contribuciones que cada estado aporta anualmente a las Federación.

Con el eterno argumento de combatir la corrupción –que se ha vuelto un lugar común sin que hasta el momento se haya presentado una sola prueba y no haya un solo castigado por ello-, las aportaciones federales a las entidades han ido decreciendo, y ese es el mismo camino que el PEF muestra que se quiere transitar para el año entrante.

Pero es justo en estos momentos que si ya no de manera directa gobernadores con el presidente de la Comisión de Presupuesto, son los representantes de cada estado en el Congreso de la Unión, quienes deberán demostrar de qué lado están, y deben mostrar a la ciudadanía que en verdad son representantes de los ciudadanos de su entidad, o simplemente obedecen a intereses particulares o de grupo, valiéndoles sorbete las necesidades de la gente a la que le tocaron la puerta de sus casas para pedirles el voto, y ser ‘sus representantes’ en la Cámara de Diputados o de Senadores, exigiendo no lo que se les ocurra, sino lo que corresponde a su entidad.

Habrá que estar muy atentos en nuestros estados de Coahuila y de Durango para ver el comportamiento de nuestros diputados y senadores en la puja por la obtención de los recursos necesarios para nuestras entidades. Deberíamos hacer una lista con nombres y apellidos, más allá de los partidos, para ver qué tanto hacen por su entidad, qué tanto luchan o les vale madre el presupuesto para nuestra gente. 

Y señalar públicamente a quienes anteponen sus intereses personales o de grupo, antes de los de los ciudadanos, que fueron los que les otorgaron el voto que los tiene en los puestos que ahora ocupan. Hay que ponernos ‘buzos’, y castigar a los traidores.

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@JulianParraIba