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Trizas y trazos

Antonio Zamora. Foto: Especial

Antonio Zamora. Foto: Especial

11 de Julio 2023

El mensajero afortunado

Por Antonio Zamora

Un famoso productor de Hollywood estaba ocupado en la selección del protagonista de su próximo film, y  al borde de la frustración porque ninguno de los actores que se habían presentado parecía satisfacerlo completamente…

De repente entró al foro un joven mensajero, entregó su mensaje y se despidió con una sonrisa…

El productor registró toda la escena desde la distancia, en silencio. Llamó a su asistente y le ordenó que alcanzaran al joven mensajero y lo hicieran regresar…

– “Ya tengo al próximo protagonista” – aseguró. 

Sus compañeros lo miraron incrédulos. Al casting se habían presentado actores de renombre, algunos ya consagrados, y sin embargo, éste productor se veía entusiasmado por un joven mensajero… al que ni siquiera le habían tomado una prueba de actuación!

– “Estás seguro?- le preguntaron, incrédulos…

“Señores, esa sonrisa que acabo de ver vale un millón de dólares! Y no estoy dispuesto a perderla” – les dijo, como dando por finalizada la discusión…

Mientras tanto su asistente había dado alcance al joven mensajero, pero tuvo que esforzarse en convencerlo de que no estaba bromeando cuando le dijo que un productor de películas lo había hecho buscar…

Aquel joven había tomado el puesto de mensajero porque era lo único que pudo conseguir para estar cerca de su íntimo sueño de ser actor de cine…

Un par de años atrás había atravesado todo su país de costa a costa, desde New Jersey en el extremo Este, hasta California en el Oeste persiguiendo su ilusión de dedicarse a la actuación…

Hasta ese día solo había conseguido pequeños papeles secundarios en películas de muy bajo presupuesto y apenas había logrado juntar el dinero necesario para cubrir las lecciones de actuación que estaba tomando…

Ahora, el productor y el mensajero estaban frente a frente. El primero le explicaba al segundo cuál era su convicción y el segundo no podía creer lo que oía…

Se estaba reponiendo del shock justo cuando llegaron a la parte donde debían acordar el salario…

– “Te pagaremos 11.000 dólares”- dijo el productor. No estaba mal por un par de semanas de trabajo, pero el joven mensajero estaba recién divorciado y tenía una pequeña hija a quien pasarle pensión de alimentos, por lo que tomó coraje, abrazó al productor y, para que nadie más notara que estaba rogando un aumento le dijo al oído:

– “Podrían ser 11.500? Por favor, tengo una hija pequeña a quien alimentar”  -“Hijo, entonces serán $ 12.500!”… 

– “Gracias! Muchas gracias! Jamás me olvidaré de esto!” – le prometió el mensajero al oído…

Se convirtieron en amigos. Aquel productor arriesgado cayó en desgracia, mientras que el mensajero dueño de la sonrisa del millón de dólares se convirtió en un actor, muy afamado…

Estando en ese punto bajo de su vida, el productor recibió un llamado del ahora consagrado actor invitándolo a que lo acompañe a la próxima entrega de los premios de la Academia, al que había sido nuevamente nominado…

El productor no quería ir. La última vez que había asistido a esa gala, una de sus películas competía en varias categorías, esta vez, sin embargo, casi nadie recordaba su nombre…

Su amigo, el mensajero que había prometido NO OLVIDARSE JAMÁS, estaba cumpliendo su palabra…

– “Quiero que camines esa alfombra roja a mi lado” – le había dicho por teléfono…

Después de la ceremonia, en el baile que ofrece la Academia, el actor caminó mesa por mesa con su mano apoyada en el hombro del productor como para devolverle la confianza en sí mismo, diciendo a quién quisiera escucharlo:

– “Éste es el mejor productor que hay en la industria, él es mi amigo”…

El productor recuerda esa noche como uno de los mejores momentos de su vida. Solo uno de los mejores… porque hubo otros…

En otra ocasión, el productor sufrió un derrame que lo llevó directo al hospital…

Una noche, mientras aún permanecía en la Unidad de Cuidados Intensivos, ve a su amigo, al afamado actor parado en la puerta con su sonrisa del millón de dólares instalada en su rostro…

-“Vas a estar muy bien. Muy pronto” – le dijo. 

Esta historia continuará mañana…