Los Matlachines, patrimonio cultural de Coahuila

ÁLVARO MOREIRA

No cabe duda de la enorme riqueza que guarda México.

Nuestro país destaca por la belleza de sus paisajes, la historia de sus pueblos, la amabilidad de su gente, el sabor de su comida, así como por la diversidad de sus costumbres y tradiciones. En estas últimas, las danzas ancestrales son una de las manifestaciones más emblemáticas.

Coahuila forma parte importante de estas expresiones culturales, en especial por el arraigo que desde hace más de 400 años tiene entre nuestros pobladores la llamada Danza de los Matlachines.

Esta tradición guarda gran presencia en muchos municipios de la entidad; sin embargo, es en Saltillo en donde ha encontrado el sitio ideal para proteger y preservar su valor como símbolo de nuestra grandeza histórica y cultural.

Y es que desde el año 2018 se declaró a la Danza de los Matlachines como patrimonio cultural inmaterial de esta capital, celebrando para ello cada día tres de mayo, como el Día del Matachín, con el que se desarrollan eventos y acciones para mantener viva esta tradición.

Con este mismo propósito, dentro de mi gestión como diputado, presenté ante el Congreso una iniciativa para declarar esta danza como patrimonio cultural inmaterial del estado de Coahuila de Zaragoza. Esta acción que está siendo actualmente analizada, contribuirá a asegurar su permanencia en el tiempo, su conocimiento, valorización y resguardo por parte de las siguientes generaciones.

Quienes forman parte de los grupos danzantes, no solo dedican parte de sus vidas a compartir esta expresión artística, sino que además son verdaderos impulsores de la cultura mexicana y, por supuesto, de la coahuilense.

Por ello, en esta fecha quiero brindar un amplio reconocimiento a los más de cuatro mil danzantes coahuilenses, de todas las edades, así como a sus familias. Su entrega, dedicación y pasión contribuye a perpetuar y difundir la riqueza de nuestra cultura y de su gente. Estoy convencido de la necesidad de fortalecer todas las medidas para dignificar su práctica y dar nuestro apoyo a quienes participan con fervor en esta tradición.

Me despido de ustedes amigos, esperando reunirnos de nuevo, por este medio, la próxima semana. Que Dios los bendiga.