La estrategia de campaña del candidato del presidente

RUBÉN AGUILAR VALENZUELA

El despacho que asesora la campaña del candidato de Morena a la presidencia de la República, Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, utiliza una estrategia básica y temeraria.

El hermano del presidente no es bien visto por la militancia de Morena, que lo considera muy priista y de formas suaves, que no van con la “reciedumbre” de Morena.

Ante las bases morenistas se le tiene que hacer ver como un hombre rudo y rijoso como el presidente, que es la vara de medir de todas y todos los candidatos. Si se le asemejan son buenos y malos de no ser así.

De otro lado está que le tienen que elevar sus niveles de recordación que rondan en el 28 % frente a más del 70 % en los casos de sus rivales Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, con años en el escaparate público.

La estrategia, ya muy probada, es el insulto, la agresión y la descalificación del que se aparezca al frente. No hay argumentos, solo palabras altisonantes, que venden ante los medios y las audiencias que los consumen.

Los agredidos, entre otros, han sido gobernadores que no militan en Morena, políticos de la oposición, expresidentes de la República, integrantes de los congresos locales que militan en la oposición.

El “discurso”, a partir solo de emociones, ni por accidente un argumento racional y creíble, se articula a partir de agresiones y de acusaciones mentirosas, pero que suenan bien, para las bases morenistas y la prensa, que goza de consumir escándalo.  

En sus giras de campaña por el país, adelantando los tiempos, utiliza como pretexto supuestas tareas que corresponden al secretario de gobernación.

El estilo que le ha impuesto el despacho que asesora su campaña ha logrado meterlo todos los días en los medios de la Ciudad de México y los estados que visita.

Traduce la recomendación que le ha dado su paisano y hermano ahora presidente de México: “Para que te conozcan tienes que recorrer el país y para que te reconozcan tienes que polarizar y polemizar”.

El presidente trajo a López Hernández a la Secretaría de Gobernación para plazearlo por todo el país y a eso se ha dedicado todavía con mayor ahínco en las últimas semanas.

Al titular de la Notaria Pública Número 27 del estado de Tabasco, con licencia desde 2006, no le queda el papel que le han asignado. Se ve acartonado e incómodo, pero hace lo que su hermano el presidente le ordena.

Para nombrarlo como candidato de Morena en 2024 requiere que sea aceptado por las bases del partido, que estas lo vean como si fuera él, y que tenga niveles de recordación por arriba del 70 %. Ahora a eso se dedica.