A 15 años de su creación, la Comisión Nacional Forestal le ha quedado a deber a Coahuila. Este organismo descentralizado de la Secretaría del Medio Ambiente federal, poco trabajo he logrado en favor de los deteriorados bosques y ecosistemas en las regiones del estado.
Ayer Rafael Pacchiano Alamán, celebró en Jalisco “las quince primaveras” de esta oficina que tiene sede en cada uno de los estados. Acá dirige Carlos Galván Tello, quien llegó al cargo más por las recomendaciones de don Eliseo Mendoza, que por méritos propios.
Las quemas controladas de pastizales, la acreditación de técnicos forestales, las plagas, la tala y el saqueo de materiales en zonas boscosas son temas pendientes que nadie quiere atender.
Por ejemplo, una zona devastada por una supuesta quema controlada, es el predio que alberga a la cotorra serrana en “El Taray” de la Sierra de Arteaga. Jamás se inició una reforestación completa y menos aún, se sancionó a quienes ocasionaron el desastre medio ambiental.
La Conafor –dicen los propios ejidatarios –escamotea los recursos para la reforestación de áreas siniestradas. ¡Y cuidado! y alguno de los afectados se atreva a decir algo contra Carlos Galván.
Habrá Firmas y Señales cuando el presidenciable Rafael Pacchiano Alamán o el director de la Conafor, Jorge Rescala Pérez den una buena revisada al raquítico papel que ha hecho en los últimos años, este organismo en Coahuila.