¿Y el coordinador?
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
La “cruda electoral” aún se mantiene en el interior de la oposición en un denso sopor. Entre el panismo derrotado, el reparto de culpas de la debacle de Xóchitl Gálvez, en la noche del 2 de junio, alcanzan a Santiago Creel Miranda, coordinador de la campaña presidencial, de la candidata de la alianza Fuerza y Corazón por México.
Al panismo le sobraron pretensiones, pero le faltó ambición. Santiago Creel fue un coordinador, de bajo perfil y sin experiencia en grandes triunfos. En su estilo comedido cayó en la blandura. A la vuelta de la historia, es la segunda vez que es derrotado por Andrés Manuel López Obrador. La primera hace 24 años frente a las urnas por la Jefatura de Gobierno.
A Creel le recriminan su falta de operación directa con los gobernadores panistas para los comicios. Su falta de carácter frente a los dirigentes de los partidos políticos y el saldo son triunfos pírricos en algunas entidades y su trabajo para impulsar a la candidata también quedó a deber.
En las últimas semanas de campaña, Creel Miranda estaba convencido de que Xóchitl Gálvez ya estaba empatada con Claudia Sheinbaum en las encuestas. Su percepción estaba obnubilada. Los votos no llegaron en cascada. Y los cierres regionales no se llevaron a cabo en bastiones de cada partido. Retó a la suerte y el resultado está a la vista.
El exsecretario de Gobernación, en el sexenio de Vicente Fox, ni para él ganó una posición. No amarró posiciones plurinominales no negoció su futuro y no vio la derrota encima. A Creel Miranda ya le comenzaron a señalar que su tiempo y popularidad ya pasaron de moda. Y los políticos soñadores, como en algún momento se declaró ya no hay cabida. El triunfo del año 2000 es otra historia y era otro país en juego. Se quedó atrapado en el pasado reciente.
El escenario es otro y sus simpatías se diluyeron a lo largo de los años, incluso su llegada a la legislatura, a través de la vía plurinominal, jugaron en su contra para mostrarse como un coordinador con estrategia, coraje y fortalezas propias. Le faltó calle.
Cuando fue secretario de Gobernación, Creel no pudo contener a un Vicente Fox desbocado en la cúspide del poder. Dejó pasar la oportunidad de trascender en el primer gobierno de la alternancia. Ese sello lo marcó para el futuro de su carrera.
Esta contienda electoral fue la última participación protagónica de Santiago Creel. Su retiro de las lides políticas estaba anunciado y ese era el mensaje de que la derrota le daba pie para salir del foco mediático y de la política.
En su trabajo como coordinador no hubo capacidad para entusiasmar al electorado indeciso. Solo sumó a la diatriba y a la narrativa en la guerra de odios. La estrategia no fue moderna ni dejó que la candidata optara por su propio timing. Y lejos de aumentarle la imagen de candidata ciudadana de una coalición, la sumió en la serie de intereses partidistas y la volvió una candidata tradicional.