Máynez resta y divide
Israel Mendoza Pérez
@imedozape
La fuerza del abanderado presidencial emecista, Jorge Álvarez Máynez, se queda en la epidermis del partido naranja. Sus eventos proselitistas son cuidados y a quien le habla y le baila, es a las bases de su instituto político. Se encuentra en modo de precampaña interna y no despega, ya que por lo desaseado de su proceso interno tampoco hizo precampaña. Es el candidato del “plan b” por dedazo.
De esta manera, el partido de Dante Delgado apuesta por la permanencia del registro y restarle unos cuantos votos a Xóchitl Gálvez, candidata dela alianza Fuerza y Corazón por México para ganar oxígeno. Por eso sus eventos son solo con la militancia.
El único mérito de Máynez es y será el haber aceptado ser el primer candidato presidencial en los más de 20 años de existencia del partido naranja. Y lo que ha subido en las encuestas se debe a otros factores y no a las propuestas, por ello Mitofsky lo ubica con un 4.8 por ciento. Es un candidato vacuo y de anécdotas.
Dante Delgado nunca preparó al partido para contender por la presidencia. Siempre fue a la sombra del PRD con Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, y por último del PAN con Ricardo Anaya.
Máynez está para dividir a la oposición. Pero tampoco tiene la maquinaria electoral para lograrlo. Mientras, los bastiones del partido en Nuevo León y Jalisco libran otras batallas en el plano político y de credibilidad interna, el trabajo de Dante Delgado se encuentra comprometido y lejano para llegar a la silla presidencial. Y es que, el estigma de ser el partido que le hace el juego a Morena está en su contra y se mantiene entre las filas del mismo partido y sectores de la oposición.
No solo la Presidencia de a República está en juego, aunque no es la prioridad de Dante Delgado. La conformación del Congreso de la Unión es parte fundamental de los dos bloques políticos conformados desde ahora, en ambas coaliciones. En tanto, la estrategia de emecé de ir en solitario equilibraría las fuerzas en ambas Cámaras, pero no apuntala. Mientras que la pelea fuerte es por la presidencia de la república, la negociación por curules y escaños está ciernes.
Lo que Delgado Rannauro tiene medido es mantener la presencia de su partido. El sacrificado es Máynez, ya que también está en la lectura que el efecto Xóchitl puede quitarle votos a Movimiento Ciudadano y que eso le revierta su aritmética.
De acuerdo con las mediciones y análisis del propio partido naranja a nivel nacional va a quedar con tres puntos y en la pelea del registro que va a conservar en algunos estados, pero dejará de ser una opción nacional para convertirse en un partido de escasa presencia y con tendencia a gravitar sobre partidos que le den moronas de poder.
La lectura de analistas es que hay plazas como la Ciudad México, Jalisco y Monterrey en donde hay votos antisistema y ello genera cruce de sufragios y ningún partido obtiene una mayoría. Eso incluye a los dos estados gobernados por Movimiento Ciudadano.