RUBÉN AGUILAR VALENZUELA
El próximo 19 de junio tendrá lugar en Colombia la segunda vuelta electoral, para definir quién es el presidente de la República.
En la jornada del pasado domingo 29 de mayo, de la nada, surgió un candidato que era desconocido a nivel nacional, el populista Rodolfo Hernández Suárez (Piedecuesta, Santander, 1945).
Nació en el seno de una familia de la clase obrera. Es ingeniero civil de profesión. Hizo su fortuna, es un millonario, en la década de los noventa con la construcción y financiamiento de viviendas de interés social. Fue alcalde de Bucaramanga, al Oriente del país.
Es un narcisista, característica de todo populista, se diga de izquierda o de derecha. Se presenta como un rockstar. En la pasada campaña siguió el manual del buen populista al pie de la letra. Aquí algunos de los elementos que explican su éxito:
Su manera de ser y su discurso populista cuyo mensaje central es simple y contundente: Vamos a terminar con los corruptos del pasado. Su propuesta caló entre los electores. Como otros populistas promete el cielo. Es, sin duda, un personaje polémico y pintoresco. Se contradice, pero siempre es noticia. En Colombia los medios lo comparan con Donald Trump.
En la noche del domingo 29 de mayo, cuando supo el resultado electoral, desde la cocina de su casa emitió un video con la frase: “Hoy hacemos historia”. En estos días de campaña, previos a la segunda vuelta, lo que está en juego es si Petro, el candidato de izquierda, canaliza a su favor el descontento que provocó el estallido social de 2021 o es más fuerte el hartazgo frente a la corrupción que es lo que señala Hernández.
Twitter: @RubenAguilar