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AMLO: Coqueteo con el narco

Rubén Aguilar. Foto: Especial

Rubén Aguilar. Foto: Especial

13 de Julio 2022

RUBÉN AGUILAR VALENZUELA

Doy por cierto que el presidente no tiene ninguna relación orgánica con el crimen organizado. Es algo que no puedo asegurar de todos los integrantes de su gabinete.

Y menos aún de algunos de los gobernadores de Morena que ganaron la elección en sus estados con el apoyo evidente del narcotráfico. Los favores se pagan.

La estrategia de seguridad del presidente implica, quiera o no, coquetear con el crimen organizado. Como buen viejo priista, el jefe del Ejecutivo pretende volver a lo que se conoce como la “pax narca”.

El “acuerdo” implícito entre el narco y el poder político operó por décadas. Básicamente consistía en que los narcotraficantes podían cultivar drogas y llevar su producto a Estados Unidos, sin que hubiera violencia.

Esto implicaba que la ruta del Pacífico era “propiedad” del Cártel de Sinaloa y la del Atlántico del Cártel del Golfo. La estrategia, siempre con problemas, se puede decir que funcionó, para el gobierno y para el narco.

Después de ese modus operandi que se mantuvo “exitoso” por muchos años, le dio al traste la estrategia de “guerra” del presidente Calderón, que continuó el presidente Peña Nieto.

López Obrador a la llegada a la presidencia cambió la estrategia de “guerra”, por la de “abrazos y no balazos” en la idea de restablecer la “pax narca”. Ya era imposible.

El quiebre que implicó la estrategia de Calderón modificó el escenario y también la manera de operar del crimen. Los cárteles se alistaron, para dar la guerra.

Surgen múltiples grupos en apoyo a las siete u ocho grandes estructuras del crimen organizado. Y amplían ese campo de sus “negocios”.

La disputa por las plazas y las rutas, ante la “guerra” declarada del gobierno, se recrudece. Ya nada es igual que antes. Se genera una nueva realidad.

El presidente no entiende o no quiere entenderla. Es imposible volver a la “pax narca”. Su estrategia de “abrazos no balazos”, que implica coquetear con el crimen organizado, está destinada al fracaso como ya se ha visto.

Quien está a cargo del país es López Obrador, ya no son Peña Nieto y Calderón. Culpar al pasado de la inseguridad, después de tres años y medio al mando del país, no tiene ningún sentido.

Los electores lo votaron porque iba a traer la solución a los problemas más graves del país, entre ellos el de la seguridad. Ahora es peor. Hay más violencia y muertos.

La ciudadanía, con razón, valora mal su gestión en este tema. Es en el rubro donde tiene los mayores negativos. El descontento crece.  El presidente cree, es un tema de fe, en su estrategia. No la va a cambiar.

 

Twitter: @RubenAguilar