Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera cuando les cae un rayo y mueren fulminados, cuenta una fábula de Paulo Coelho.
El hombre no se dio cuenta que estaban en el otro mundo y prosiguió su camino con sus dos animales, (a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de saber su nueva condición).
La carretera era larga, colina arriba y la sed comenzó a hacer presa de los amigos, por lo que en una curva del camino se detuvieron al ver un magnífico portal de mármol.
-Buenos días, ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?, preguntó el caminante.
-Esto es el Cielo.
-¡Que bien, porque estamos sedientos! se alegró.
-Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera, pero el caballo y el perro no, porque no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, dio las gracias al guardián y sin beber agua se retiró del lugar junto a sus animales.
Ya exhaustos llegaron a otro sitio, con una entrada vieja, y un guardián a la sombra de los árboles, al que el caminante inquirió por el lugar.
-¿Es el cielo?
– ¿El cielo?, pero si el guardián del portal de mármol me dijo que aquello era el cielo,
-Allá era el infierno, pero en realidad nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.
Será que Isidro López gobierna en el portal de mármol?