Paralaje, ¡Movimiento Rosa!

Por Hugo Díaz Aguilera

Los cientos de miles de ciudadanos que se dieron cita el pasado domingo en el zócalo capitalino saben claramente de los riesgos que corremos como sociedad mexicana en caso de que prospere el famoso plan B en materia electoral de AMLO.

A esa cantidad de ciudadanos que para los contadores del oficialismo fueron “unos cuántos, menos de cien mil” no les convencieron los argumentos del presidente que era para defender el sueldo de Lorenzo Córdova y defender a Genaro García Luna, se trata de ciudadanos que no se dejan llevar por el “chachalaqueo” de AMLO.

Es justamente ese sector de la población mexicana que no soporta el presidente, una gran parte de esa gente fue la misma que en su momento le reclamó a Peña Nieto, a Felipe Calderón y Vicente Fox por hablar de los más reciente. Es la famosa clase media informada e interesada en que nuestro país no pierda el rumbo en manos de un candidato a dictador.

Es también la gente que se encuentra harta de los insultos y descalificativos que todas las mañanas desde Palacio Nacional emanan en cada discurso del presidente López Obrador, la misma gente que conoce la historia de la sociedad mexicana y que al igual que el nacimiento del movimiento independentista cansados de los insultos y las humillaciones de la corona española se dieron a la tarea de tomar las armas para liberar al país de ese yugo al que los españoles lo tenían sometido.

Hoy sabemos que el camino no son las armas ni la violencia física hacia los tiranos, el instrumento es el voto útil bajo el arbitrio de un instituto que no debe ser sobajado para convertirlo en un traje a la medida con el objetivo de  consolidar una  chicanada disfrazada de movimiento en favor de los más pobres.

Se trata además de mexicanos y mexicanas que valoran las vidas que costó la consolidación de una institución que hoy por hoy garantiza elecciones en las que se respeta el voto de los ciudadanos.

Echemos un vistazo a nuestra región carbonífera y al trabajo de los institutos locales. En Sabinas gobernaba UDC y ahora gobierna el PRI, en Nueva Rosita gobernaba el PAN y ahora gobierna Morena, en Múzquiz gobernaba el PRI y ahora Morena, en Juárez gobernaba el PRD y ahora gobierna el PAN, salvo con dos tres conatos de riña, ¿Algún problema postelectoral? ¿Alguna objeción? ¿Alguna impugnación?

Los municipios citados son los mejores ejemplos de que la decisión ciudadana se respeta, independientemente de los partidos políticos que gobiernen al momento de llevarse a cabo un proceso electoral.

Señoras y señores hoy es necesario valorar el trabajo realizado por miles de personas en materia de procesos electorales, que a juzgar por lo que hemos vivido se trata de ciudadanos honestos y comprometidos con su trabajo para respetar el voto ciudadano. Cuidado y un proceso electoral en México vuelva a ser organizado por papá gobierno. ¡La caída del sistema no se olvida!