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'Los angelitos' inmortalizados en fotografías post mortem

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02 de Noviembre 2023

Leslie Delgado

Con el surgimiento de la fotografía, a finales del siglo 19 y principios del 20 sumado a la alta mortandad de infantes, se creó una tendencia lúgubre entre las familias, la cual consistía en retratar a bebés fallecidos. 

“Los angelitos” eran aquellos niños que se inmortalizaban en imágenes, las creencias dicen que al no haber cometido pecado alguno, cuando morían a una corta edad, los bebés pasaban directamente al cielo para estar cerca de Dios. 

El ritual de convertir a los pequeños en “angelitos” se atribuye a la evangelización por parte de la iglesia católica, pues la idea de la asunción de los niños al cielo generó que se les diera un trato especial al momento de fallecer.

“Las fotografías de los niños a los que llamaban angelitos eran puestas en los gabinetes de las casas o en las vitrinas como si se tratara de un santo porque pensaban que al irse al cielo directamente; ellos estaban cerca de Dios y de alguna manera su imagen era un icono que incluso le podían dedicar un rezo para que intercediera por ellos, además era la manera de mantener un recuerdo”, explicó el Doctor en Historia, Carlos Recio. 

Precisamente detalló que el sincretismo de la ceremonia para captar la imagen de los infantes muertos, envuelve una serie de simbolismos que van desde la vestimenta, hasta los adornos y la posición de los pequeños cuerpos. 

“Cuando se trataba de bebés se les ponía un ropón, es decir una especie de vestido ancho independientemente de que fueran niñas o niños con un gorrito blanco, las flores regularmente también eran blancas porque se relaciona con la trascendencia y la muerte y se ponían en una posición como si estuvieran dormidos, incluso en ocasiones se ponían los hermanitos o toda la familia junto a él”, subrayó. 

Esta práctica tuvo su gran auge en los primeros años de 1900, sin embargo para 1930, la costumbre de retratar a los “angelitos” cayó en desuso hasta prácticamente desaparecer. 

Actualmente solo quedan algunas fotografías resguardadas en la fototeca del Archivo Municipal de Saltillo como un objeto extraño y hasta de morbo que, con inscripciones alusivas al “momento mori”, nos recuerdan que todos algún día vamos a morir.