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Incendios forestales ¿Una fuerza de la naturaleza?

FOTO: Especial

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07 de Junio 2022

CLAUDIA OLINDA MORÁN

El fuego es una fuerza de la naturaleza, los incendios forestales en su presentación más pura, contribuyen al ciclo vital de la renovación de los bosques, sin embargo, con una tierra devastada por el ser humano, se vuelven catastróficos.

Brechas cortafuegos, quemas controladas, control de accesos a las zonas boscosas, vigilancia aérea y de miles de ojos ciudadanos, sistemas satelitales, recursos, coordinación para reducir el tiempo de respuesta; esas son las propuestas del consultor ambiental Carlos Alvarez Flores, presidente de la Asociación Civil México Comunicación y Ambiente y del maestro en Gestión Ambiental José Ruiz Fernández.

Para ambos, aunque los incendios pudieran ser un proceso natural, es la devastación ocasionada por el hombre lo que los hace catastróficos para el planeta.

“Los incendios son el fruto de un proceso natural. Finalmente, en la historia de la humanidad, el ser humano aprende a controlar el fuego para sus propios fines, pero lo hace a partir de que lo ve en la naturaleza. La naturaleza es la que desde que hay tierra, desde que hay planeta, tiene ciertos procesos para que la Tierra tenga una continuidad y en este caso la naturaleza también se sirve de los propios incendios para ciertos servicios ambientales”.

“Los incendios en el entorno natural provocados por la naturaleza cumplen con una función natural determinada. No dejan de ser catastróficos a veces cuando son muy extensos y tienen sus propios impactos. Pero aquí estamos hablando de incendios, que por un lado son provocados por el ser humano o por otro lado aprovechan condiciones que han generado los seres humanos para salirse de control fácilmente”, estima José Ruiz Fernández.

Sin embargo, también hay cosas que hacer, o más bien, que hay que dejar de hacer: “son son acciones en sentido pasivo, no dejar hacer carnes asadas en lugares boscosos, dejar de prender fogatas en lugares donde sabemos que hay un riesgo importante de incendio, evitar deforestar, porque eso eventualmente va a generar lugares propicios para que se propaguen los fuegos”.

“La concientización es una tarea permanente de las autoridades. En ese sentido, creo que dentro de las capacidades económicas de las autoridades que tenemos a niveles federal, estatal y municipal, se está haciendo lo que se puede”.

“Hay otro tipo de acciones que ya son más focalizadas, por ejemplo, cuando se habla de la generación de brechas cortafuego que son muy importantes y muy útiles para para tener zonas donde el fuego ya no puede pasar si se sale de control. La brecha hace posible -cuando cumple con las las dimensiones y las medidas características necesarias- evitar que el incendio se propague”.

“La capacitación de comunidades en ejidos y también en las propias ciudades con voluntarios que puedan participar en brigadas de atención a siniestros, además de impulsar la denuncia de alguien que está haciendo algo malo y que pudiera al denunciarse y la rápida atención de la autoridad evitaría que un pequeño incendio pudiera convertirse en algo grande”.

Respecto a si hay incendios buenos e incendios malos, el presidente de la Asociación Civil México Comunicación y Ambiente, tiene sus consideraciones y cifras.

En los últimos 20 años, afirma, México sufrió incendios forestales que afectaron 7.16 millones de hectáreas entre matorrales, selvas y bosques; una cifra que en promedio da 358 mil hectáreas anuales.

“Yo no puedo decir si el cinco, el diez, el 15% de los incendios son por causas naturales. Yo me quiero. Quiero pensar que sí puede haber un incendio natural pero México está muy atrás en el sistema, en la forma, en el método que utiliza para el control y ataque de los incendios forestales”.

“Si nosotros tuviéramos la inteligencia de hacer una sola entidad, que estuviera destinada a la atención, ataque, control o como se le quiera llamar de incendios forestales, deberíamos estar en 60 minutos atacando el incendio. Porque ya tenemos un software. Hay un software que tiene la NASA que ya lo tienen en CONAFOR, a donde usted en una máquina, en una computadora, puede ver exactamente el punto donde inicia el incendio”.

“No puedo coincidir mucho con lo de que se ha de quemar pues que se queme. Yo no soy de esa idea. ¿Por qué? Porque hay 16 estados de la República, que están sin agua, en estrés hídrico, que ya lo veníamos prediciendo, ya que venía previniendo desde hace muchos años. Hay en realidad más de la mitad de los Estados que no tiene agua porque no tiene bosques, porque no tiene árboles y porque no tiene suelo. Y porque de ribete. Tenemos muchos incendios forestales que nos agravan el problema”.

Para José Ruiz Fernández, el hecho de que no haya incendios es indicador de que algo estamos haciendo bien o de que estamos dejando de hacer algo mal.

“Es importante tener ese tema en la agenda pública. Es importante entender nuestro entorno, leerlo mejor, saber las cosas que nos está diciendo cuando vemos impactos como este; la facilidad de propagación de un incendio tiene que ver con que hay un desequilibrio ambiental y en este sentido, los desequilibrios que hemos provocado a través de la deforestación de de la urbanización en lugares que no tendrían que estar urbanizados, de pasarnos de la raya, por ejemplo, subir la cota 1800 y urbanizar en otros lados, pues son, son impactos que se van juntando con otros más, se iban haciendo cada vez más fácil este tipo de desastres, y son desastres a pesar de que no esté tal vez alguna comunidad ahí que haya quedado en medio de las llamas y se ha incendiado. Son desastres porque estamos perdiendo capital ambiental, que es valiosísimo. No tenemos más capital ambiental, no tenemos para donde hacernos. Y en este sentido, el cuidar nuestros bosques, cuidar nuestros suelos, cuidar la fauna es vital. No tenemos mañana para ello”.