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Albor de esperanza en tiempos de pandemia

Foto: Víctor Barrón

Foto: Víctor Barrón

26 de Agosto 2021

Pequeña de Torreón aparece entre las 100 mujeres más poderosas de México 2021, de acuerdo a la revista Forbes

VÍCTOR BARRÓN

Iveth Camila Ortiz Ramírez es la niña lagunera cuya iniciativa de acercar a cientos de adultos mayores del ejido Albia, municipio de Torreón, a la aplicación de la vacuna contra el COVID-19, traspasó fronteras mediante su acto de solidaridad y empatía hacia las personas de esta comunidad. 

La estudiante de 13 años compartió su experiencia con Grupo Región y habló del significado de la historia que en esta etapa de su vida la llevó a formar parte de la lista de Las 100 mujeres más poderosas de México 2021, según Forbes. 

“Pues mis abuelos viven en ejido Albia, entonces vamos muy seguido allá al ejido, entonces yo registré a mis abuelos y cuando los estaba registrando se me viene una idea así espontánea: ¿qué pasaría si ayudo a los adultos mayores del ejido con su registro?”, narró Camila. 

Su labor empezó en enero de 2021, época en la que cursaba el primer año de secundaria y los días viernes tomaba un autobús que la trasladaba de su lugar de residencia en Torreón hacia la comunidad ejidal donde uno de los primeros medios que utilizó para difundir la ayuda fueron las redes sociales y la respuesta de la población fue sorprendente. 

De esta manera y con el apoyo de su madre, la señora Brenda Ramírez y otros familiares, Camila siguió brindando el apoyo y complementó la difusión contratando un perifoneo con sus propios ahorros y más personas fueron acercándose, al grado que los registros de adultos mayores en la plataforma de vacunación se contaron por centenas. 

“En la casa de mi abuela hay internet y pues, yo estaba en la cochera registrando a los adultos mayores y duré registrando en la etapa de los adultos mayores desde enero como hasta febrero o abril”. 

“Fueron más de 600 registros y más de 500 personas vacunadas porque hubieron personas que sí se pudieron ir por su cuenta”, detalló. 

Y fue así, sobre la marcha, como Iveth Camila hizo visible la magnitud de la problemática que enfrentaron los adultos mayores de áreas rurales y zonas marginadas donde existe una marcada brecha en términos de acceso a la educación y a la tecnología. Por esta razón, el registro en la plataforma federal parecía imposible para la mayoría de las personas de la tercera edad en el ejido Albia. 

Por ello, la ayuda no se limitó a ingresar los datos en la página de internet, sino que Camila contó que sus padres la ayudaron con la compra de una impresora para obtener físicamente los formatos solicitados para acudir a los puntos de vacunación. 

“Cuando iban a recibir su vacuna, tenían que llevar un expediente lleno, entonces yo siempre llenaba los expedientes”. 

“Porque sí hay muchos adultos mayores que no saben leer ni escribir y ahora sumándole que tampoco entienden la tecnología, pues es muy difícil”, manifestó. 

Pero la labor de Camila no llegó solo hasta ahí, ya que al percatarse que la mayoría de los adultos mayores no tenían manera de trasladarse a Torreón para recibir la vacuna, en primera instancia se organizó con su mamá para llevarlos en el vehículo de la familia y cuando eso resultó insuficiente, buscó donativos con comerciantes del ejido Albia para contratar camiones y así transportar a un número mayor de personas. 

De esta manera, su corta edad no fue impedimento para seguir adelante y establecer contacto directo con la Secretaría del Bienestar, Ejército Mexicano y Guardia Nacional, lo que le permitió crear su propia logística para reunir a los abuelitos y trasladarlos hasta el punto de vacunación e incluso logró que personal federal atendiera a seis pacientes postrados, llevando el biológico hasta sus casas. 

La iniciativa de Iveth Camila también despertó la solidaridad de empresarios locales, paisanos en Estados Unidos, laguneros en Europa, miembros del Cabildo de Torreón y de la propia Secretaría del Bienestar, quienes aportaron recursos para continuar con la renta de los camiones que sirvieron para transportar a los 500 adultos mayores y a pobladores de Albia que también se acercaron a la niña en las etapas de atención a otros rangos de edad. 

Por todo esto, la joven estudiante expresó su satisfacción al haber podido ayudar a que la población vulnerable del COVID-19 en la comunidad de sus abuelos pudiera recibir el fármaco. 

“Pues que estoy muy feliz por haber ayudado a todas esas personas a que se pudieran registrar y en que recibieran su vacuna”, expresó. 

Lo siguiente en esta oleada de acontecimientos en la vida de Camila fue el tema de Forbes y su inclusión en la lista de Las 100 mujeres más poderosas de México, donde comparte lugar con ejecutivas, activistas, investigadoras, funcionarias y hasta una ganadora del premio Óscar, a quienes se les reconoce por haber contribuido a la recuperación en la esfera corporativa, política, social, deportiva y artística del país. 

Y aunque dijo haberse sorprendido por la distinción, su corazón iluminado de franqueza sigue sin comprender cómo es que estas cosas suceden, cuando ayudar a otros debiera ser lo natural. 

“Pues primero contactaron a mi mamá y después ella me informó sobre eso, después le preguntaron si podía salir salir la lista de Las 100 mujeres más poderosas de México porque soy menor de edad, entonces tengo que tener autorización de mis papás”. 

“En todo ese tiempo siempre hemos estado en contacto con Forbes y yo lo sigo sin asimilar porque para mí es algo muy normal; muchos me han dicho que es una revista muy importante, pero, pues para mí es muy normal”. 

En ese sentido, opinó que las acciones que para algunos pueden tener un significado menor, para otros son aspectos que pueden representar representar el primer paso para ayudar y lograr un impacto positivo. 

“Pues a lo mejor con un detalle o algo siempre se va a ver la empatía con todas las personas porque aunque no hagan una cosa así tan grande, que no se necesita hacer muchas cosas para ser empáticos y que se puede empezar desde una acción pequeña, pero que lo va a marcar mucho”. 

Iveth Camila es la mayor de cuatro hermanas y recién pasó a segundo año de secundaria y manifestó que su sueño es estudiar Medicina con especialidad en Pediatría y le gustaría cursar la carrera en el extranjero. 

Pero el camino es largo y Camila sabe que la pandemia ha venido a cambiar todo en el mundo y la escuela no es la excepción, por lo que consideró apropiado que los jóvenes menores de 18 años también deben ser vacunados para no quedar expuestos en medio de este proceso, mientras se esfuerzan por trazar el camino hacia el futuro que esperan. 

“No esperábamos un nuevo virus y tampoco una pandemia y creo que esta pandemia va a marcar mucho porque en inicios dijeron que iba a ser solo una semana en cuarentena, después se convirtió en un año”. 

“Vamos a correr el riesgo cuando entramos a la escuela porque muchas ya están entrando en presenciales y en línea y pues que si no vamos a presenciales vamos a perder el año, pero pues también está nuestra salud, que no por ser menos propensos no podamos recibir nuestra vacuna; entonces pues, yo sí quiero mi vacuna. Yo creo que también los adolescentes también quieren vacunarse porque la demás población va a estar vacunada y a los únicos que nos va a afectar el COVID, pues va a ser a nosotros”, externó.