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11 de Julio 2024

La Reforma Judicial en México: ¿Democratización o Riesgo para la Justicia?

Por José Inocencio Aguirre Willars

¡Hola!, muy buenos días, tardes o noches, dependiendo la hora que me lean.

La reciente propuesta de reforma judicial en México que sugiere la elección de jueces y magistrados por votación popular ha generado un debate acalorado en el ámbito jurídico y político del país. Si bien a primera vista esta iniciativa puede parecer un esfuerzo por democratizar y transparentar el proceso de selección de autoridades judiciales, un análisis más profundo revela serias preocupaciones que podrían comprometer la independencia y eficiencia del sistema judicial mexicano.

En primer lugar, la elección de jueces y magistrados a través del voto popular socava uno de los principios esenciales de un sistema judicial independiente: la imparcialidad. Los jueces deben ser ajenos a influencias políticas y sociales para tomar decisiones basadas exclusivamente en la ley y la evidencia presentada. Sin embargo, al someterse a un proceso electoral, los candidatos a jueces se verían obligados a realizar campañas políticas, lo cual podría implicar la necesidad de recaudar fondos y buscar apoyo de distintos sectores. Esta situación abre la puerta a intereses particulares y presiones externas, erosionando la capacidad de los jueces para actuar de manera imparcial.

Además, la naturaleza del proceso electoral podría favorecer a aquellos candidatos con mayores recursos financieros y carisma político, en detrimento de aquellos cuya principal cualidad es su competencia jurídica. La justicia no debe ser un concurso de popularidad ni un ámbito donde prevalezcan las estrategias de marketing; debe ser un espacio donde primen la formación, la experiencia y la integridad. En una carrera electoral, los aspectos medulares de la formación jurídica y la capacidad técnica de los candidatos podrían quedar en segundo plano, poniendo en riesgo la calidad de la administración de justicia.

La posible politización del poder judicial es otro de los peligros que entraña esta reforma. México, como muchas otras naciones, ha lidiado con un paisaje político polarizado. En este contexto, las elecciones de jueces y magistrados podrían convertirse en una extensión de las luchas partidistas, llevando al poder judicial a alinearse con intereses partidarios específicos. Esta politización podría minar la confianza pública en la justicia, ya que un juez percibido como aliado de ciertas fuerzas políticas difícilmente será visto como un garante de la justicia imparcial.

Adicionalmente, es importante considerar el contexto sociopolítico en el que esta propuesta se enmarca. México enfrenta desafíos significativos en términos de corrupción y crimen organizado. Los jueces que provengan de elecciones populares no estarán exentos de presiones y amenazas de estos actores. No es descabellado pensar que el crimen organizado podría intentar influir en las elecciones judiciales para asegurarse de tener jueces más complacientes o vulnerables a la corrupción. En un país donde la protección contra estos peligros ya es una tarea ardua, esta propuesta podría añadir una capa adicional de vulnerabilidad.

Asimismo, no debemos olvidar la competencia y especialización requeridas para ejercer funciones judiciales de manera efectiva. Ser un buen juez no es simplemente una cuestión de opiniones populares, sino de un profundo conocimiento jurídico, integridad y experiencia en el ámbito judicial. La designación de jueces mediante un proceso de elección popular podría desincentivar a muchos expertos jurídicos altamente capacitados a postularse, ante la perspectiva de tener que someterse a un proceso de campaña que puede no reflejar adecuadamente sus competencias.

Por último, cabe destacar que existen mecanismos alternativos para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas en el proceso de selección de jueces sin comprometer su independencia. Fortalecer los sistemas de selección basados en méritos, implementar evaluaciones constantes del desempeño, fomentar la participación ciudadana en la vigilancia de estos procesos y asegurar la formación continua de los jueces son sólo algunas de las estrategias que pueden adoptarse.

En conclusión, aunque la propuesta de elección de jueces y magistrados por votación popular en México puede parecer un intento loable de democratizar el poder judicial, sus implicaciones son peligrosas y contraproducentes para la justicia independiente. La politización, la posible influencia de intereses particulares y las amenazas del crimen organizado son riesgos que México no debe asumir en un ámbito tan crucial como el judicial. Es imperativo encontrar formas de fortalecer el sistema judicial que respeten y refuercen su independencia, integridad y competencia, pilares sin los cuales la justicia no puede prevalecer.

Saludos a todos y a todas y por aquí nos vemos la próxima semana.