Torreón, Coahuila / 02 de Septiembre de 2019
Por: Mariana Mejía
María del Rosario Cano viajó desde Chihuahua para integrarse por primera vez a la manifestación que como cada año realiza el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUNDEC), para recordar a las autoridades que tienen una cuenta pendiente con ellos.
Su hijo, Mario Alberto Morales Cano, pertenecía a la Policía Municipal de Torreón, pero desde 2010 nada se sabe de él.
En el Día Internacional contra la Desaparición Forzada, decenas de madres, padres, hijos, hermanos, tíos, amigos, se congregaron en la Plaza Mayor de Torreón para unirse en una sola voz.
“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, ¿Qué queremos? ¡Justicia!”, fueron algunas de las consignas que el contingente lanzó, mientras se desplazaban a la Alameda Zaragoza, donde se realizó una misa en el llamado árbol de la esperanza.
Originario del vecino estado del norte, Mario Alberto pertenecía a la Fuerza Área, sin embargo, al enamorarse de una ciudadana de Torreón, decidió mudarse y probar suerte.
“Mi hijo era policía en la Fuerza Área, cumplió su servicio, conoció a mi nuera y vino a Torreón”, comentó María del Rosario.
Al percatarse de que había oportunidad dentro de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), decidió pedir una oportunidad y por su experiencia fue aceptado, sin embargo, en la corporación sólo duró un mes y medio hasta el 2 julio del 2010, última vez en que se le vio.
“Ve en el periódico que estaban reclutando e inmediatamente lo contrataron, él me habló y me dijo que estaba bien y que el día lunes regresaría los uniformes, ya se iba a salir”, comentó.
Según cuenta, tres personas se lo llevaron y desde ese día no ha vuelto a saber nada de él.
“Al salir del turno de la noche, iba a ir por su esposa que estaba con sus tíos, él llegó a la casa y la familia de mi nuera le dice que se quede a desayunar, entonces salió a comprar un refresco y en ese momento, tres hombres armados lo suben con violencia a una camioneta”, agregó.
María del Rosario pide a la ciudadanía mayor comprensión, pues ha notado cierta apatía con los movimientos que realizan y es que afirma, no es necesario tener un familiar desaparecido para comprender la magnitud.