Freddie Mercury y la trágica historia después del SIDA

REDACCIÓN

 

El 23 de noviembre del año de 1991, el cantante Freddie Mercury, con 45 años, hace pública su fuerte lucha contra el SIDA, 24 horas antes de su muerte.

 

A inicios de junio de 1986, Mercury comenzó a sentirse mal, con terror de poseer esta terrible enfermedad que no paraba de propagarse en la época. Efectivamente, más tarde se realizó una prueba donde los resultados cambiaron su vida por completo: era portador de VIH.

 

La batalla máxima de Freddie fue terminar con su relación. Intentó alejarse de Jim Hutton, pero éste no quiso hacerlo, diciendo: “Te quiero, Freddie. No voy a ir a ningún sitio”. Así lo hizo. Acompañó al cantante durante toda su enfermedad, con sus cambios físicos y de salud. Realmente fue la persona que estuvo con él hasta su último aliento.

 

En su cruel agonía, Freddie tenía el apoyo de sus amigos Brian May, Roger Taylor y John Deacon.

A pesar de ello, el intérprete de “Bohemian Rapsody” trató de ocultarlo por un tiempo; sus medicamentos y tratamientos llegaban por medio de un avión privado desde Estados Unidos.

 

Luchó durante esos años en silencio. Después, decidió hacerlo público 24 horas antes de morir, pues ya era difícil ocultarlo: había cambiado por completo su apariencia. En el videoclip “I’m going slightley mad” dejó impactados a todos sus fans.  Un mes antes de morir, sacaron el videoclip de “These are the days of ours lifes” en blanco y negro para poder disimular sus manchas en la piel.

 

Finalmente, el 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury murió a causa de una neumonía bronquial derivada del virus VIH.

 

Freddie falleció haciendo lo que más le apasionaba. Incluso dejó material grabado para que sus compañeros terminaran de grabar si el moría. Sabía que su música seguiría escuchándose en todos lados y para todos los corazones.

 

Mercury fue un gran ícono de la música, un gran hombre y un gran ser humano que vivió la vida de la forma más intensa dentro de toda su simpleza.