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Triste despedida

04 de Septiembre 2018

Torreón, Coahuila / 4 septiembre 2018

A la báscula

Por: Julián Parra Ibarra

Aunque todavía le quedan algo así como 85 días en el poder, la ceremonia de su Sexto Informe de Gobierno fue para Enrique Peña Nieto prácticamente su despedida, momento al que llegó con la más baja aceptación de los mexicanos desde que se realizan mediciones de este tipo a los presidentes en turno.

De acuerdo con la más reciente medición de la casa encuestadora Mitofsky, Peña Nieto tiene en estos momentos un bajísimo nivel de aceptación, con apenas el 18 por ciento, pero más allá de lo que digan los números, que son cifras duras, contundentes, está el entorno en el cual deja el poder.

Una vez que pasó la elección, dos días después, cuando tuvo su primer encuentro con el Presidente electo, Enrique Peña Nieto comenzó a desaparecer del escenario, dejándole todo el terreno a su sucesor. Reapareció sobre todo con el mismo método que inició su mandato: concediendo entrevistas a los noticieros de radio y televisión llamados nacionales. Y, a través de los spots de radio y televisión de su último Informe de Gobierno.

A pesar de los sobresaltos de su campaña -en la que los estudiantes de la Ibero lo pusieron a ‘parir chayotes’ y tras lo cual surgió el movimiento de ‘Yo soy 132’– el inicio de su gestión no había sido del todo mala.

El Pacto por México y su posterior ‘adendum’ a través del cual se establecieron los acuerdos para empujar y promover las reformas estructurales que se supone serían el sello de su gobierno, le hicieron ganarse aplausos y estrellitas, entre ellas aquella portada dedicada por la revista Times bajo el título de ‘Salvando a México’. Incluso la publicación sugirió que algunos políticos estadounidenses tenían mucho que aprenderle al Presidente mexicano.

Pero la noche se le vino encima cuando surgió la desgracia de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y le fueron sucediendo otros temas más como Tlatlaya, la Casa Blanca, entre otros. Siempre he pensado que un mal manejo, sobre todo del caso de los estudiantes, fue lo que se empezó a convertir en una bola de nieve.

Su equipo de comunicación e imagen jamás supieron, ya no contener los embates surgidos tras los casos mencionados, sino que nunca lograron transmitir nada de lo que el Presidente quería y decía, jamás lograron conectarlo con los ciudadanos de a pie, y en mucho contribuyeron para que, después de su segundo año, la aprobación de los mexicanos fuera en picada, lo metieron en un resbaladero interminable que lo llevó al 18 por ciento de aceptación ciudadana al momento de su partida.

No recuerdo una despedida tan lamentable de un presidente de la República, como la de Enrique Peña Nieto.

@JulianParraIba

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