Talía (o de magas, sabias y artistas)

CYNTIA MONCADA

Un día Talía me invitó a sembrar mis dolores. Recuerdo que estaba reciente el #MeToo en México –algo que para mí fue una especie de despertar feminista– y Talía me invitó a sembrar los dolores que se habían removido con aquel grito colectivo y que compartimos en largas conversaciones. Así que fui a su casa y los sembré en una maceta. Mi planta, junto con la de otras 19 mujeres, se convirtió en parte de su pieza “Jardín II”, que expuso en la muestra colectiva “509, 491+ México y las violencias contra la mujer”, en el marco del 8M del 2020. En su propuesta las heridas y los gritos más profundos causados por la violencia machista se transformaron en esperanza colectiva. Eso hace Talía: siembra, transforma, conecta y multiplica.

Talía Barredo es artista visual, gestora y curadora de Liquen Agencia de Arte. Es originaria de la Ciudad de México, pero norteña oficial; cuando habla, su pasión sale disparada por las manos y los ojos. Tiene la habilidad de describir en dos o tres frases provocadoras la propuesta visual de un o una artista, después de escucharla no hay manera de librarse de la curiosidad de conocerla. 

En 2020, en medio del confinamiento provocado por la pandemia, creó “Diario de un Encierro”, un proyecto colaborativo que se aloja en Instagram y en el que, durante una semana, una artista visual de habla hispana toma la cuenta para compartir un poco de su vida, trabajo, procesos creativos y reflexiones. 

Luego de dos años de mantener de manera ininterrumpida el proyecto, publicó el catálogo que reúne un primer corte de las propuestas visuales de todas las artistas que han compartido su cotidianidad en ése diario virtual. Es una obra que difunde, da voz y nos coloca frente a 75 artistas que, desde 9 países diferentes, trabajan, habitan el encierro, cuestionan, crean y ocupan su lugar en el mundo.

“Diario del Encierro” es un documento valiosísimo que se opone al mundo heteronormado y patriarcal que tiene cooptados la mayoría de los espacios culturales, una resistencia amorosa y sorora que se teje a través de redes, un rizoma –como dice ella– que “crece, se expande y toma nuevas formas, físicas o virtuales” y suma al esfuerzo de visibilizar el trabajo de las mujeres que están creando, inventando y construyendo en todas las disciplinas y resistiendo desde todas las trincheras. 

Actualmente Talía ha hecho sinergia con Mabel Garza –otra mujer admirable de quien hablaré después–, juntas convirtieron la galería del Centro Cultural La Besana  en un referente por sus propuestas innovadoras y un lugar obligado para palpar el quehacer artístico actual.

Hay mucho que decir de la trayectoria de Talía –por ejemplo, que nos llevó a visitar una exposición de manera virtual en “Modos Contemporáneos de la Belleza”, en 2021, ante la imposibilidad de asistir de manera presencial a una galería–, puedo decir que es una tejedora, que con su experiencia y sensibilidad crea redes, que descubre la esencia de cada artista y que seguramente su rizoma seguirá extendiéndose y abriendo espacio valiosos para las nuevas generaciones de artistas.