Obligaciones y derechos II

HUGO DÍAZ AGUILERA

Guste o no cada vez es más evidente que las agresiones a servidores públicos (de corporaciones encargadas de resguardar el orden principalmente) deben ser sancionadas con severidad para con ello tratar de minimizar estos ataques y que se garantice la seguridad de quienes procuran la misma para la ciudadanía.

Continuamente se observa la manera en que se les falta el respeto y se agrede no sólo a policías municipales sino también a elementos del Ejército Mexicano pasando por policías estatales, de la Guardia Nacional, etcétera. 

En muchos, por decir lo menos, de los ataques, los agredidos dejan entrever que no cuentan con la preparación que se presume para el manejo de disturbios trátese o no de disturbios individuales o llevados a cabo por colectivos organizados. 

Sin embargo ya cuando se tienen circunstancias como  las descritas por el director del mando único en Sabinas, Coahuila Carlos Lionel Payán  es necesario darle visibilidad a comportamientos que pueden evitarse y con ello evitar alguna tragedia que pueda ocurrir.

Al decir del jefe policiaco los jóvenes que alteraron el orden y que protagonizaron una persecución “muy probablemente contaban con armas punzocortantes” por lo que desde ahí los uniformados llevan una actitud distinta al comenzar la persecución.

Lionel Payán comentó que al momento de detener a los “provocadores” de dicho disturbio, una turba de jóvenes se le fueron encima a la policía para evitar que éstos realizaran la labor que se tenía que hacer  por lo que al ver en peligro su integridad tuvieron que actuar de una manera distinta a la predispuesta.

No conforme con lo acontecido a la hora de la detención de los chavos, las oficinas de las celdas municipales conocidas como “La loma” se convirtieron en un escenario donde una mujer familiar de uno de los detenidos causó destrozos a las instalaciones y agredió a varios elementos de seguridad pública con el propósito de conocer las condiciones del detenido.

Es aquí donde se tiene que hacer un alto para reflexionar sobre dichas actitudes asumidas por los ciudadanos…

Antes valdría la pena apuntar que para esta columna no pasa desapercibida la actuación de los uniformados. Se citó la semana pasada en el tenor de que carecen aún de la pericia y habilidad para aplicar los protocolos establecidos en materia de seguridad pública y con ello ponen en peligro también la vida de los probables responsables de los hechos. Por ejemplo, ¿qué tipo de lámpara se estaba utilizando para aminorar los ataques de los jóvenes a los elementos policiacos?, ¿Qué efectos producen  los rayos emitidos por dicha lámpara?

Sirva lo anterior para presentar una propuesta de ruta crítica en la integración de la tecnología en las tareas de seguridad y prevención ciudadana, además las actitudes que debemos asumir para evitar más conflictos como el descrito.