No se olvida

Julián Parra Ibarra

Este viernes se conmemora el 51 aniversario de la conocida como la ‘Matanza de Tlatelolco’, que vendría a marcar un parteaguas en la historia del México moderno, en un año que se significó por las múltiples expresiones de grupos estudiantiles en todo el mundo, y del que México no quedó exento.

‘No se olvida’, es el grito de batalla para la conmemoración de los hechos registrados el 2 de octubre de 1968. Por órdenes desde el gobierno, el Ejército Mexicano entró a bayoneta calada a reprimir a los jóvenes estudiantes. Eran los tiempos de Gustavo Díaz Ordaz a la cabeza del Gobierno Federal, y su secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez.

Difícil, muy difícil, será para el pueblo mexicano, olvidar aquella sangrienta jornada que, por lo menos cambiaron muchas cosas en nuestro país –y en el mundo-.

Como tampoco debemos olvidar que en los años recientes sobre todo, la marcha conmemorativa del 2 de octubre –y más recientemente cualquier marcha es tomada como pretexto-, han dado paso a grupos de encapuchados autonombrados como anarquistas –con todo y que al Presidente no le guste ese término- para vandalizar todo lo que encuentran a su paso.

Siempre he estado convencido que muchos de esos ‘hombres de negro’ ni siquiera saben de qué se trata ni la esencia sobre todo de la marcha del 2 de octubre. Ellos van a echar bola, a destruir todo lo que se atraviese a su paso, comercios, instituciones, patrimonio histórico, todo lo que se atraviese a su paso.

En la semana anterior, dos –y se me apura hasta tres- eventos fueron la excusa para provocar severos daños en la Ciudad de México: la marcha de los 43 de Ayotzinapa, la marcha de las mujeres en favor del aborto y hasta en la disputa interna en el sindicato de trabajadores del desaparecido SME.

Si tenemos –sobre todo los gobiernos- buena memoria de en lo que se han convertido estas marchas, sobre todo la del 2 de octubre, deberemos estar preparados para evitar que los anarquistas o como se les quiera llamar, vuelvan a vandalizar el Centro Histórico de la capital mexicana. Nadie pide que se les reprima, ni que manden al Ejército con tanquetas y bayoneta calada a asesinar a nadie. Simplemente que haya una contención para evitar tantos destrozos.

También por eso es que, el 2 de octubre en México, no se olvida.

[email protected]

@JulianParraIba