No es amor, es abuso

CYNTIA MONCADA

Por estos días dos noticias pusieron nuevamente en la mesa el tema de la violencia sexual contra adolescentes. Por un lado, vimos al productor Luis de Llano justificar la pederastia que cometió contra Sasha Sokol bajo el argumento de que “estaba enamorado”, luego de que ella declarara que fue víctima de abuso cuando tenía 14 años y él 39. 

La semana pasada también se hizo público un audio en el que el cantautor Edgar Oceransky dice: “Me gusta la diversidad pero mi preferencia más profunda son las adolescentes, ¿no? que tengan todavía cara de Ministerio Público… sí, miren, es mejor ir al bote por una chavita que por el alcoholímetro”.

No se pueden pasar de largo estas declaraciones que emitieron con tanta naturalidad dos hombres en un país en el que, al menos, 2 mil 606 niñas menores de 15 años dan a luz y en el que 755 de los progenitores tenían más de 20 años (2020); en un país que ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil y el primero también en matrimonio infantil forzado. 

No es normal que un adulto se relacione con una adolescente que no ha alcanzado el mismo grado de madurez y estas declaraciones no son más que el reflejo de una sociedad que normaliza la violencia.

La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de la vida de una persona y sostener una relación para la que no está preparada, en la que muchas veces están encubiertas diversas manifestaciones de violencia o en las que es muy fácil que se den relaciones de poder desigual, impacta el desarrollo del resto de su vida.

Así que no, la historia que contó Luis de Llano no es de amor, es de abuso. La justificación de Oceransky de que sólo se trataba de un sketch no es graciosa, porque la violencia sexual no es un chiste.

Precisamente porque es urgente poner un alto a las agresiones sexuales contra niñas y adolescentes y visibilizar esta problemática, Matatena inició hace un año, bajo la coordinación de la artista Natalia Alejandrina Blanco, el proyecto de murales comunitarios “Niñas jugando, no pariendo”.

Este fin de semana estuvimos en Castaños, Coahuila haciendo una intervención cuyo grito fue “Niñas sí, madres no”, de esa manera protestamos contra todas las formas de violencia sexual que afecta a las niñas y que muchas veces se materializa en una maternidad temprana, y exigimos, junto con la comunidad, mejores condiciones de vida para las infancias y adolescencias, porque en un país justo las niñas no tienen relaciones con hombres que se aprovechan de su posición de poder ni son acosadas por cantantes famosos, porque en un país justo las niñas sólo deberían estar jugando, las niñas simplemente deberían ser niñas.