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Lenin y Olimpia

Foto: Especial

Foto: Especial

07 de Abril 2022

HUGO DÍAZ AGUILERA

La llamada ley Olimpia es una de las leyes que se empezó a gestar hace cuatro años, y aunque fue aprobada dos años más tarde, es una de las leyes que, con el agitado avance que presentan las tecnologías de la comunicación, se tornaba imperiosa para combatir y sancionar uno de los delitos que se comenzó a arraigar junto con lo sofisticado de las comunicaciones: la violencia digital.

Conocida también como “ciberviolencia” este delito radica principalmente en la difusión de imágenes o material en general que atente contra la intimidad de una persona sin el consentimiento de ésta. De ahí que gracias al impulso de Olimpia Coral Melo, una poblana que vivió en carne propia el viacrucis que le provocó la difusión de imágenes de su persona por parte de su expareja sentimental, se dio a la tarea de darle fuerza hasta que se convirtió en ley.

Gracias a la ley Olimpia hoy los ciudadanos cuentan con una ley que en cierta medida inhibe este tipo de delitos y los ciberdelincuentes no se inclinan en mucho por este tipo de ejercicio a la hora de querer dañar a una persona.

Hace justo una década en Sabinas, Coahuila se tuvo un evento que bien pudo haber sido la base de tan dichosa ley, sin embargo eran otros tiempos y las tecnologías de la información no estaban tan avanzadas. El entonces candidato a la presidencia de Sabinas por el partidazo Unidad Democrática de Coahuila Lenin Flores Lucio fue el blanco del más ruin, sucio y deleznable ataque en una campaña política que los sabinenses han visto.

Sin embargo, esa campaña negra no fue la primera en la época contemporánea que los sabinenses vivieron; corría mayo de 2005 y en el centro de la ciudad aparecieron unos volantes impresos en blanco y negro que denostaban la figura de la candidata del PRI  a la alcaldía de Sabinas Carolina Morales Iribarren. El resultado tanto con Carolina como con Lenin fue favorable para ambos, los hicieron víctimas y alcaldes.

En el caso de Caro el asunto no fue mayor, Caro le dio la vuelta a la página, se puso a trabajar y logró ser la primera mujer en gobernar la hospitalaria y su administración fue de las mejores  gracias al empuje en cultura, turismo y el saneamiento de la finanzas que su antecesor le había dejado por los suelos.

Flores Lucio aunque ganó y llegó a ser presidente después de varios intentos, jamás pudo superar la afrenta, la vergüenza y la balconeada que en esa campaña negra le hicieron. En corto y en largo, buen y sano o con algunas copas el contador solía preguntar quién le pudo haber hecho semejante chicanada, a lo que algunos le contestaban que la impresión del pasquín que dio cuenta de sus intimidades lo pudo imprimir cualquiera, que se preocupara por saber quién había pasado la información tan exacta y precisa de su rutina personal…

 

Esta columna continuará la próxima semana…