La Chilladera del Presupuesto

PEDRO FUENTES

“Ahora todo es de manera directa, es lo único, que le llegue el dinero al que lo necesita, al que requiere ser atendido, no a intermediarios, a vividores”.

Andrés Manuel López Obrador

Hace algunos días el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa matutina, ha hablado de un tema recurrente en los estados. 

La queja ha sido por parte de algunos gobiernos estatales por la falta del recurso federal que supuestamente les habían aprobado desde la Cámara de Diputados y que nunca les llegó.

Aquí en Coahuila dicha queja ha sido constante de parte de todos los niveles de Gobierno.

El reclamo ha venido desde quien ocupa la oficina principal de Palacio de Gobierno, el “líder” del Congreso local, del magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, hasta burócratas de tercer o cuarto nivel y políticos del partido oficial y afines.

Incluso el alcalde de Saltillo, su tesorero y el recaudador de rentas han “sufrido” las consecuencias.

Y es que todos ellos pensaban que iban a tener acceso a millonarios montos que, según López Obrador, se utilizaban para otros fines, menos para lo que estaban asignados.

Nada más y nada menos.

La justificación presidencial siempre ha sido que en el trayecto desde su aprobación por parte de la Cámara de Diputados hasta el depósito en las cuentas bancarias del sistema financiero estatal, los recursos se iban disminuyendo al paso de las manos de los titulares de dependencias de manera drástica. 

Según el inquilino de Palacio Nacional ya no llegaba ni pizca a quienes supuestamente serían los beneficiados.

“Por eso es importante desterrar la corrupción, antes no había  presupuesto porque se lo robaban, ahora no se permite la corrupción y por eso tenemos presupuesto para la justicia, para curar enfermos, para la educación”.

Y añadió: “el presupuesto es ahora dinero del pueblo, entonces no hay ningún problema presupuestal.”

El primer mandatario quiere evitar a toda cosa que el dinero no se quede con los intermediarios como el caso de la “Escuela de Tiempo Completo” la cual, por cierto, no desaparece. Solo que ahora se va a entregar a las madres y padres de familia, como se está haciendo con “La Escuela es Nuestra”.

El programa de “Escuela de Tiempo Completo” atendía a 20 mil escuelas y “La Escuela es Nuestra” a 68 mil. Hoy, de acuerdo al gobierno federal, la cifra se va a incrementar a 100 mil escuelas y se va a incluir la “Escuela de Tiempo Completo”.

Pero, volvamos a los estados y sus fondos. 

De acuerdo con la federación precisamente en el programa “Tiempo Completo” se encontró que había malos manejos ya que se entregaban los fondos a los gobiernos estatales y no bajaban los recursos a los beneficiarios.

“Nada más les voy a dar un dato, estaban queriendo que les entregáramos el presupuesto de la Escuela de Tiempo Completo del 2020 y lo negamos porque estaban las escuelas cerradas por la pandemia.

“¿A qué niños les iban a dar alimentos? Entonces no hay ningún problema, no es un asunto de presupuesto, es nada más que no queremos intermediación, porque antes para simular de que se atendía al pueblo, pues podían crear todas las instituciones de búsqueda y de otro tipo de organismos y leyes y el dinero no bajaba, no le llegaba a la gente pues se quedaba en los órganos de intermediación”, señaló el presidente.

“Ahora todo es de manera directa, es lo único, que le llegue el dinero al que lo necesita, al que requiere ser atendido, no a intermediarios, a vividores”.

Puso como ejemplo al programa Antorcha Campesina al cual que se le asignaban alrededor de 20 mil millones de pesos cada año y ese dinero no llegaba a la gente pobre.

Gran parte del dinero se quedaba en las llamadas Organizaciones No Gubernamentales.

Finalizó poniendo el ejemplo del conflicto de los mineros coahuilenses de Pasta de Conchos, en el cual, aseguró, que se habló con los familiares y se le presentaron dos opciones: pagar las indemnizaciones y aplicar los programas de Bienestar y, en segundo lugar, que el terreno de la mina quedará como un mausoleo en recuerdo de ellos, que no lo tocara nadie.

La mayoría dijo “SÍ” pero otros familiares, madres,  hijos, hermanos dijeron “No, queremos los cuerpos”. Y para eso se necesitaba una inversión de cerca de 3 mil millones de pesos.

Sin embargo, como no hubo consenso, se le pagó la indemnización a todos. Además, dijo el presidente, se iniciaron los trabajos para rescatar los cuerpos de los mineros sepultados en esa terrible explosión.

Al final de cuentas parece una buena noticia el formato de distribuir los recursos federales sin que se contamine el objeto de cualquier gasto o inversión pública.

Y es que no se puede negar que en el caso de Coahuila ya son años en los que una gran cantidad de políticos, funcionarios, ex rectores y otros “vividores” -como el mismo López Obrador los llamó- terminaron millonarios en dólares y financiando sus campañas políticas, con esos recursos.

Con esta llamada “justicia equitativa”, sin duda seguirán las quejas de parte de los funcionarios por los recursos que ya no les mandan.

Pero, ¿usted qué prefiere? ¿que “administren” los recursos los mismos de siempre? ¿o intentamos nuevas fórmulas?

La respuesta es más que obvia.