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El otro rescate I

Foto: Especial

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11 de Agosto 2022

HUGO DÍAZ AGUILERA

La primera de las siete recomendaciones hechas por la  Comisión Nacional de los Derechos Humanos en la Recomendación 26/2006 fechada el 17 de julio del 2006 a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social luego de la explosión de la Mina Pasta de Conchos en la que murieron 66 mineros, fue que a través de su órgano de control interno  “deslindara las responsabilidades de los servidores públicos de esa dependencia que incurrieron en las acciones y omisiones precisadas en este documento”, y que una vez concluidas éstas entere a la CNDH de los resultados.

Dicho documento consistente en 46 páginas da cuenta de la inoperancia de la dependencia en mención y que considera dio lugar, en parte, a aquella tragedia minera.

En el caso del pozo minero El Pinabete donde hasta ayer permanecían atrapados diez mineros desde hace una semana producto de una inundación que sufrió el pozo, la situación no es muy distinta.

De acuerdo con datos obtenidos en el portal de la CFE en el boletín 122/22 vf emitido apenas trece días antes de la contingencia se refiere que para la compra de 3.18 millones toneladas de carbón fueron “asignados” 52 contratos y presumen que bajo el esquema de asignación directa solo fue un 4 % del total.

En el boletín se confirma que los actuales proveedores de carbón para la CFE (como es el caso del pozo siniestrado según consta en el registro de proveedores y contratistas para el segundo trimestre del 2022 en la página 10 con correo para contacto [email protected]) contaron con el aval del Servicio Geológico Mexicano y la STyPS; además se revisaron actas de inspección realizadas por la Gerencia de Desarrollo Social de la CFE. Así se les otorgaron  contratos multianuales por 30 meses a partir de julio de 2022. Dicho anuncio cita el boletín lo hizo Luís Bravo Navarro, Coordinador de Comunicación Corporativa de la paraestatal.

Con todo lo anterior resulta complicado  entender cómo a dependencias con amplia experiencia en la materia (por los accidentes ya ocurridos, conocidos por todos) se les pudo haber escapado poner atención en un predio como el colapsado y darse cuenta que representaba una bomba de tiempo para la extracción del carbón. 

Vale la pena reflexionar sobre la manera en que se llevan a cabo las supervisiones e inspecciones a estos complejos mineros que pretenden convertirse en proveedores de una empresa que presume categoría de “empresa de clase mundial”.

AMLO ha declarado desde palacio nacional e incluso en la visita de doctor que hizo al pozo minero que primero el rescate y después las investigaciones, ¿por qué no las dos cosas de manera simultánea Señor Presidente?; apostándole al paso del tiempo como todo parece indicar que así es… ¿A quién o a quienes pretende rescatarse de este margayate? ¿De verdad estas asignaciones se hicieron con cero corrupción, cero coyotaje y con honestidad?

Esta columna continuará la próxima semana.