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20 de Septiembre 2024

El tecnócrata justiciero 

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

Las recientes declaraciones del expresidente Ernesto Zedillo, respecto a la Reforma Judicial, además de “dar risa”, como ironizó el presidente Andrés Manuel López Obrador, carecen de eco entre la clase política de la oposición debido a su retorcido legado “democrático”.

En las postrimerías de la cuatroté, la aparición de Zedillo remueve un pasado en el que las historias entre López Obrador y el expresidente explican el presente. Pablo Gómez, Ifigenia Martínez e incluso Manuel Barttlet fueron parte de ese año 2000 que, aunque lejano, cimentó las bases de la primera alternancia en el poder al estilo zedillista.

En sus ansias por quitarse la etiqueta de presidente tecnócrata y pasar al listado de los prohombres de la transición democrática, Ernesto Zedillo metió mano al PRI hasta sus entrañas, hace 24 años, y aplacó al sector salinista del PRI que aprovechó el enojo de Pablo Gómez, ahora titular de una Unidad de Inteligencia Financiera, quien criticaba que Andrés Manuel López Obrador fuera el candidato a la Jefatura de Gobierno, con las siglas del PRD, sin llenar los requisitos de residencia.

En esa lucha interna perredista, estuvo detrás René Bejarano, como coordinador de campaña de López Obrador, y como parte de la estructura burocrática del PRD en la Ciudad de México, su esposa Dolores Padierna como secretaria del partido. Los contendientes, Pablo Gómez, Demetrio Sodi, Marco Rascón e Ifigenia Martínez participaron en un ambiente de favoritismo por parte de la estructura partidista hacia el tabasqueño.

En 1999, Pablo Gómez, en ese momento, amagó con recurrir a la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia del PRD para evitar que López Obrador fuera el candidato a la Jefatura de Gobierno. Sin embargo, perdió más.

La acusación de falta de requisitos de residencia se documentó, en su momento, en un diario capitalino señalado como afín al salinismo, eso lo retomaron legisladores y representantes del PRI ante el entonces Instituto Electoral del DF y comenzó la andanada de críticas al tabasqueño; sin embargo, por órdenes de Zedillo, el PRI desistió y se le allanó el camino a Andrés Manuel López Obrador.

Antes de eso, Zedillo abrió el paso a una Reforma Electoral que derivó en las elecciones del 6 de julio de 1997, momento en que el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y ganó Cuauhtémoc Cárdenas la Jefatura de Gobierno del DF.

Y la estocada final del zedillismo al PRI fue justo al marcar distancia entre el Presidente y el partido. “No queremos un Estado que se apropie del partido ni un partido que se apropie del Estado”. Con ello, el otrora partido aplanadora entró en un proceso democrático en el que participaron, Francisco Labastida Ochoa, Roberto Madrazo, Manuel Barttlet y Humberto Roque Villanueva. Zedillo rompió con el tradicional dedazo y meses más tarde, tras la elección del 2 de julio, levantaría el brazo a Vicente Fox, el primer candidato presidencial no priista en portar la banda presidencial.

Ahora, la creación de la cuatroté existe por la mano de Zedillo sobre el sistema político y electoral de hace 24 años.