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Dinero Público

Pedro Fuentes. Foto: Especial

Pedro Fuentes. Foto: Especial

25 de Octubre 2021

PEDRO FUENTES

La preocupación latente de la comunidad de quienes aportan con el pago de sus impuestos y derechos, al gasto público, es el manejo de esos recursos fiscales.

El antecedente para tratar de controlar los malos manejos por parte de funcionarios, fue la creación de la Unidad de Evaluación y Control, dependiente de la entonces Secretaría de Programación y Presupuesto,  fue el primer intento de vigilar los recursos asignados por el Gobierno Federal a los gobiernos estatales y municipales en el año de 1977 aproximadamente.

Pero parece ser que no funcionó y ahí está el resultado.

Hace algunos años en Coahuila se inició la conformación de un instrumento capaz de apoyar en esa deficiencia y después de ajustes, cambios, etc. hoy es denominado el Sistema Estatal Anticorrupción.

La opinión general es que no se han dado los resultados desde su creación debido al conflicto de interés que representan la mayoría de sus integrantes al haber sido designados por grupos políticos, el costo que ha representado a las arcas públicas esa burocracia dorada y que sin sancionar a quienes han tomado para su beneficio el dinero público.

Dicen que sólo saben cobrar y no combaten la corrupción.

El Sistema Estatal Anticorrupción lo conforman varias dependencias estatales como la Secretaría de Fiscalización y Rendición de Cuentas del Estado, una Fiscalía Anticorrupción, la Unidad de Inteligencia Financiera, de reciente creación y donde están fincadas las esperanzas por parte de las organizaciones civiles más importantes.

Además se integró un Comité de Participación Ciudadana del que no se tiene noticia alguna.

En el Congreso del Estado, donde se supone se encuentran los “representantes populares”, existe la Comisión de Auditoría y Cuenta Pública que es responsable de revisar el manejo de los recursos financieros asignados a las entidades públicas de Coahuila y coordina el desempeño de la Auditoría Superior del Estado designando por Ley a su titular.

Parece ser que han conformado varios mecanismos para coordinarse entre sí como son el Modelo Estatal del Marco Integrado de Control Interno, el Comité de Control y Desempeño Institucional y teniendo como documento rector el Manual Administrativo de Aplicación Estatal.

Otro elefante blanco lo es el Instituto Coahuilense de Acceso a la Información…

Muchas entidades con un gasto fuerte de rentas y mantenimiento de edificios para oficinas, compra de vehículos además del equipo y material de oficina, los sueldos y sus prestaciones y muchos etcéteras.

Todo ese dinero y con resultados mediocres.  

Lo ideal sería investigar quienes integran estos organismos y sobre todo revisar el posible conflicto de interés por quién los puso en el cargo público, su trayectoria, sus actividades de negocio y sus compromisos políticos para “darle la vuelta del ciego” a los asuntos pendientes a resolver así como la red de complicidad que pueda existir con otras instancias, grupos o personajes ligados al gobierno o la política.

Finalmente la tradición nacional es que todos se tapan con la misma cobija, incluyendo a muchos “distinguidos” miembros del sector privado pues hay un dicho muy popular en el tema de la corrupción que reza.. “para bailar un tango, se necesitan dos”.

Una opción y sugerencia ciudadana es poner bajo la lupa a las nuevas administraciones municipales que pronto llegarán, con énfasis a los alcaldes y sus tesoreros incluyendo a quienes manejen contratos de obra o de algún servicio que conlleve una transacción o pago de dinero público.

De hecho, dados los resultados hasta el día de hoy, la sociedad organizada deberá vigilar a los que vigilan.

Se han gastado a través de los años muchos millones de pesos en supuestas investigaciones sin lograr castigar a los funcionarios que ahora, después de serlo, evidentemente tienen una vida muy holgada económicamente pues a simple vista se puede observar un cambio radical; su forma de vida, sus propiedades, muchos de ellos poseen su ranchito o propiedad en el campo hasta el extremo de convertirse en productores importantes de ganaderos o agrícolas y a simple vista, se les ve con vehículos caros incluyendo los de su familia, viajes a destinos turísticos nacionales e incluso al extranjero. 

Parece un Sistema muy bien elaborado donde a modo, abarca a todas estas dependencias de supuesto control para cuidar a quienes dejan sus cargos públicos, entonces se genera una confianza y la posibilidad de cometer actos de corrupción pues tienen la seguridad, sobre todo jurídica de que que nada les afectará.

Lo que se haga mal, tendrá solución.

Finalmente este grupo de instituciones públicas se culpan unos a otros de falta de presupuesto, de expedientes mal integrados, de términos jurídicos o llegan al extremo de que a los involucrados los enferman y son hospitalizados para evitar una detención por parte de alguna autoridad ajena a ellos.

Dicen los clásicos que la receta tradicional contra la corrupción es muy simple pero a la vez muy compleja… separación de poderes y una prensa independiente.

Hay un libro “La riqueza pública de las naciones” de dos autores; Dag Delter y Stefanías Folster que propone una manera para luchar contra la corrupción: la creación de Fondos Nacionales de Riqueza -como los que existen en Singapur y Austria- para evitar el uso discrecional de los bienes del Estado por parte de funcionarios que manejan dinero público.

Crear estos Fondos o empresas independientes dirigidas por administradores profesionales altamente calificados para gestionar los bienes públicos y aislar estos de las manos de los políticos. 

Hacen una interesante aseveración, “La riqueza pública puede ser una maldición si se deja como una bolsa de caramelos abierta en una piñata de niños”.

De este tema, comentaremos posteriormente.