Capital Coahuila
WWW.CAPITALCOAHUILA.COM.MX
Jueves 25 de Abril 2024
UnidadInvestigación
| | |

Cuidar(nos)

Cyntia Moncada. Foto: Especial

Cyntia Moncada. Foto: Especial

09 de Febrero 2022

CYNTIA MONCADA

A las mujeres nos enseñan a cuidar. Cuando somos niñas nos regalan muñecas, estufas y mandiles para aprender desde el principio que nuestro rol en la sociedad es atender a las y los demás, pero poco nos enseñan a cuidarnos y procurarnos a nosotras mismas. Y cuando decidimos hacerlo, cuando optamos por colocar nuestro bienestar como prioridad, aparece la culpa para hacernos dudar, y si nos revelamos al mandato de quedarnos en relaciones en las que no somos felices, nos acusan de extremistas, radicales o egoístas. 

Muy pronto aprendemos que amar es sacrificio, que una mujer debe ser capaz de “quitarse el bocado de su boca –como decían las abuelitas– para dárselo a los demás”, que nuestra vida es valiosa en proporción a los cuidados que brindamos. No nos enseñan el valor de estar solas, de darnos a nosotras mismas la atención que brindamos, porque de saberlo abandonaríamos las relaciones desiguales, dejaríamos de sostener las carreras que no son nuestras, los matrimonios que no son recíprocos y nos daríamos cuenta  –como dice Coral Herrara– que ya no queremos más relaciones de abuso y explotación en nombre del amor. 

La soledad nos ha sido planteada como el peor destino posible (cuántas veces hemos escuchado frases como “Con ese carácter te vas a quedar sola”) cuando en realidad es una herramienta valiosa para conquistar nuestra autonomía. La soledad nos permite reconocernos, explorar nuestros deseos y placeres, escucharnos, cuestionarnos y nutrirnos de todo aquello que cotidianamente damos a otras y otros, nos da la posibilidad de trabajar nuestros dolores, fortalecer la autoestima y reconocer que las fuentes de amor no se limitan a una pareja. Por eso, en un mundo que nos ha enseñado a separarnos de nosotras mismas, cuidarnos es un acto revolucionario.

Y claro que da miedo, trabajar nuestros amores es una batalla cotidiana, un cuestionar constante, cambiar significa dejar de ser mujer de la única forma que sabemos serlo (como plantea Marcela Lagarde en “Los Cautiverios de las Mujeres”). Siglos de opresión nos han dejado pocos modelos de libertad, pero la recompensa está en la felicidad de mirarnos al espejo y nunca más sentirnos incompletas.  

Estos días en que el amor está en la agenda mediática y que la soledad se convierte en la visita indeseable, vale la pena recordar que cuidarnos es importante, que no vale la pena aguantar relaciones que nos lastiman por tener un poco de compañía.