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Colosio Riojas

Foto: Especial

Foto: Especial

31 de Marzo 2022

HUGO DÍAZ AGUILERA

Una de las declaraciones que están llamando la atención de los que gustan de la política partidista es la que le dio el gobernador de Nuevo León, Samuel García, al periodista Carlos Loret cuando éste le preguntó sobre sus deseos de buscar la presidencia de la República en 2024. La respuesta de uno de los mandatarios estatales más jóvenes del país fue que buscaría mejor ayudarle a su compadre Luís Donaldo Colosio Riojas para que él fuera el próximo presidente de México.

En una reciente encuesta rumbo a la sucesión presidencial en México publicada por el diario El País, Colosio Riojas figura entre los favoritos apenas detrás de los morenistas Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. En lo que va del siglo XXI los presidentes de México han sido cuando menos dirigentes nacionales de su partido, el caso de Felipe Calderón quien además fue diputado federal y Secretario de Energía antes de asumir la presidencia de la República Mexicana.

Vicente Fox y Enrique Peña Nieto,  fueron mínimo cada uno de ellos gobernador en su entidad, Guanajuato, Estado de México; y Andrés Manuel,  jefe de gobierno en el Distrito Federal. 

Sé de cualquier cantidad de personas que otorgaron su voto de confianza a Morena  y a Andrés López por el hartazgo y la desconfianza sembrada por sus antecesores, muy a pesar de las advertencias de propios y extraños de lo que Lopez representaba para México aun así lo encumbraron. Hoy arrepentidos se dan cuenta que el haber decidido su voto al calor del enojo y la desesperación fue un craso error.

Al filósofo Epícteto de origen griego se le atribuye la frase “lo que importa no es lo que te sucede sino…cómo reaccionas a  lo que te sucede” y es efectivamente en lo que no repararon los ahora arrepentidos del obradorato; votaron al calor de un enojo y una desesperación, no hubo razonamiento, no hubo análisis que dieran soporte a un voto que pasara lo que pasara no les haría arrepentirse.

El joven político de origen sonorense y de 37 años de edad actualmente valdría la pena ponerlo en la meticulosa báscula y conocer el peso específico de sus cartas credenciales para colocarlo en la lista de quienes pudieran ser los responsables de volverle a dar rumbo al país una vez que termine este fatídico sexenio.

Sería muy triste saber que quienes se inclinan en favor de Colosio para la presidencia del país están tomando como referencia el que sea hijo de un hombre que despertó muchas esperanzas de cambio para bien en México, pero que nunca supimos si ese pensar era real o utópico, o pensar que porque al poco tiempo de perder a su padre perdió a su madre y es un político que se ha abierto paso por sí solo en la política, o peor aún, que hastiados de lo que representa el régimen obradorista se intuya que Sheinbaum o Ebrard serán más de lo mismo.