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Cárcel garantizada (3)

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04 de Octubre 2017

Isidro López, aún alcalde de Saltillo, debe sentir como que el tapete en el que está parado se mueve mucho. Tanto que ordenó a quien le maneja el chayote que de inmediato hablara con sus chayoteros y les exija que, a partir de la fecha, a él no se le relacione ni tantito con los desfalcos que como hongos aparecen al cierre de su gestión.

En cambio, ordenó que todo el golpezote concentre en su tesorera Rosa Zertuche quien, aunque trae lo suyo a cuestas, de ninguna manera es responsable del saqueo al que han sido sometidas las arcas de la ciudad.

El esfuerzo de los chayoteros será inútil. Para efectos legales y para cualquier efecto penitenciario son tres, al menos, los funcionarios que siempre van de la mano cuando de caer en el penal se trata y estos son: el alcalde, el tesorero y el primer regidor en turno.

La cosa de veras que se ha puesto caliente en el gobierno de Saltillo. Son muchas las acusaciones y son muchas más las pruebas. Desde la desaparición de las 240 bicicletas que dejó Jericó hasta el millón de pesos que dizque se han gastado para que los policías municipales “tiren barrio” son decenas y quizá hasta centenares de irregularidades, algunas denunciadas antier por los regidores priistas.

Si usted no leyó la nota que dio cuenta de la denuncia ante la Procuraduría de Justicia le resumo: los regidores exigen se investigue dónde esta un manual que costó medio millón de pesos o dónde quedaron 17 millones en escrituras que supuestamente ya se pagaron o por qué una tienda de cosméticos recibió pagos como si fuera una constructora o, simplemente, por qué una estética recibió pagos por cirugías plásticas. ¿Será porque el hermano de la tesorera no extiende recibos de honorarios?

Sume a ello el terreno comprado a la familia de la secretaria del Ayuntamiento o el bacheo contratado al chachito, director del DIF, los 16 millones en supuestas albercas del mismo organismo o los 4.3 millones pagados a la esposa de su coordinador de su precampaña
a gobernador y no se ve por dónde se pueda tapar tanto hoyanco.

No en vano ahora la orden es culpar a la Rosa Zertuche, así que no le extrañe ver muchas veces tal nombre en periódicos y columnas chayoteras.

Pero ni eso lo salvará de una cárcel garantizada.

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