ÁLVARO MOREIRA
Este miércoles, tras casi 48 horas de discusión, se aprobó en la Cámara de Diputados la Miscelánea Fiscal 2022.
Dentro de los cambios propuestos, la modificación a la Ley del Impuesto sobre la Renta que limita los donativos que otorgan las personas físicas a las organizaciones de la sociedad civil ha sido una de las más polémicas.
Y es que, con esta modificación, los beneficios fiscales que la ley otorgaba a las personas físicas y morales que hacían donativos a estas, se han reducido sustancialmente, poniendo en riesgo a más de cinco mil organizaciones que atienden a personas y grupos vulnerables.
Creo que el presidente López Obrador está olvidando el papel fundamental que desempeñan los organismos de la sociedad civil. Estos no son el enemigo; tampoco son una moda o un producto del neoliberalismo; mucho menos son un nicho de corrupción.
Por el contrario, la política de gobierno debería enfocarse a alentar la libre asociación y participación colectiva en apoyo a las causas sociales. Después de todo, las organizaciones civiles llenan los vacíos de atención a las necesidades más sentidas de la gente ante la inactividad del estado.
Gracias a estas, las personas con cáncer no han dejado de obtener sus tratamientos; las mujeres que sufren violencia pueden acceder a refugios seguros; las personas que viven con VIH tienen sus medicamentos; niñas y niños con discapacidad reciben atención en salud. Y son muchas carencias más las que son cubiertas por las ONG: construyen museos, apoyan a jóvenes a seguir estudiando, promueven la investigación, fomentan la cultura y la protección del medio ambiente.
Es lamentable que el gobierno de Morena siga tratando de criminalizarlas. Desde el inicio han hecho todo lo posible por asfixiarlas y desaparecerlas. Afortunadamente siguen de pie.
Desde la función que nos corresponde, las diputadas y los diputados del Partido Revolucionario Institucional seguiremos haciendo todo lo posible por apoyarlas, rechazando toda amenaza a su independencia y funcionamiento. Por que un ataque a las organizaciones civiles, es también un ataque para los millones de mexicanos y mexicanas que acuden a estas para obtener el apoyo que no reciben del gobierno.