Moisés Santiago H
Después de una enconada lucha por la inclusión, Brely de la Cruz Flores, joven con síndrome de Down, terminó su formación académica para recibirse como Licenciada en Educación Preescolar y aunque espera una plaza para poder ejercer se mantendrá ocupada con actividades en la fundación Rompe Barreras A. C, creada por ella misma con el apoyo de sus padres.
El síndrome de Down es un trastorno genético causado por una división celular anormal que produce material genético adicional del cromosoma 21.
En algunos casos, las personas pueden tener dificultades para expresarse con claridad al hablar; sin embargo, esto sucede más frecuentemente en los varones, mientras que las mujeres pueden desarrollar el habla con mayor claridad.
Aunque el aspecto físico puede dar la impresión de retraso mental, en realidad, las personas con síndrome de Down pueden tener un desarrollo intelectual y emocional variado, con amplios criterios sobre la vida y una lucha constante por ser aceptados por la sociedad.
¿Quién es Brely de la Cruz?
“Nací en Nueva Rosita, Coahuila, el 23 de agosto de 1999. A los 15 días de nacida, me realizaron un cariotipo en el que se me diagnosticó con trisomía 21 o síndrome de Down”, comparte Brely.
“En enero de 2020, con asistencia jurídica, promoví un amparo ante un juez federal para que se respetara mi derecho a la educación y el acceso a los ajustes razonables que marca la ley para las personas con discapacidad. En noviembre de 2020, fui galardonada con el Premio Estatal de la Juventud Coahuila 2020 en la categoría de Inclusión Social por el trabajo realizado en la Fundación Rompe Barreras A. C.”, añade.
A decir de Brely, algunos de los retos que ha enfrentado han sido en su formación educativa: “Intenté cursar el nivel superior en la Universidad Autónoma del Noreste, campus Sabinas, en la carrera de Psicología, pero la falta de adecuación del sistema educativo no fue compatible con mi desarrollo”.
Mientras que en la Universidad Pedagógica Nacional, comparte que enfrentó un caso de discriminación por parte de la directora y algunos maestros.
“Al buscar el desarrollo en la carrera de Psicología Educativa, pensé que podría aportar una experiencia valiosa para quienes trabajan con niños con discapacidad. Sin embargo, me impusieron retos que no se les ponían a otros alumnos sin discapacidad, llegando al punto de tener tres exámenes finales en un solo día, lo que no fue justo. Fue entonces cuando, junto con mis padres, iniciamos una verdadera lucha a favor de la inclusión”, detalló.
Brely Rompe Barreras por la Inclusión
“En la búsqueda de inclusión en el nivel superior, aunque presenté el examen de admisión dos veces en la Escuela Normal Experimental de San Juan de Sabinas y obtuve un puntaje dentro de un rango normal, no estaba entre los 60 mejores exámenes exigidos por la institución, ya que sólo alcancé 814 puntos de los 950 requeridos. No se tomó en cuenta que estaba presentando el examen dentro de un rango normal y no se consideró mi discapacidad en comparación con otros alumnos”, destaca.
Brenda Elizabeth Flores, madre de Brely, señaló que, ante la negativa de varias instituciones educativas, buscaron asesoría legal para que se dejara de discriminar a su hija.
Se interpuso un recurso de amparo en un juzgado federal y, después de 12 meses, se otorgó el fallo a favor, lo que permitió que Brely fuera aceptada en la Escuela Normal Experimental de San Juan de Sabinas. Después de 4 años, concluyó la licenciatura en Educación Preescolar, rompiendo todas las barreras.
Brely comenta que no existen imposibles para quienes luchan por sus ideales y que no hay barreras que no se puedan romper; aunque sabe que será difícil conseguir una plaza para ejercer como docente, asegura que está preparada para hacerlo si fuera necesario.
Pie de foto: Brely de la Cruz ha enfrentado con fortaleza todos los obstáculos. Foto: Moisés Santiago