Es reflexión, inmunización contra incertidumbre

VÍCTOR BARRÓN

 

Una navidad diferente es la que se vivirá en los hogares debido a la pandemia de Covid-19  y factores como el aislamiento y las carencias en lo económico, evocan la primera Navidad, que tuvo lugar en condiciones modestas y en soledad, manifestó el obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán.

 

“La esperanza de que Dios nos va a liberar y saldremos adelante de esta situación con actitudes como las de Jesús, de José y de María, será la mejor vacuna”.

 

“Todas esas actitudes de solidaridad, de humildad, de confianza en Dios, de sentir los caminos del Señor, de vida de familia”, manifestó. 

 

Dijo que el entorno de enfermedad, crisis económica e incluso duelo, dejan en los fieles un sentimiento de incertidumbre que es posible enfrentar desde la fe.

 

“Aceptando el mensaje implícito en el pesebre contra la sensación de orfandad, de abandono”, refirió.

 

El prelado expresó que la navidad histórica así fue, teniendo como entorno un establo como morada, una canoa como pesebre, así como la paja que fue la primera mantilla de Jesús. 

 

“Esto nos debe dar esperanzas en esta situación en la que estamos porque hay precariedad, hay un poquito de instancia afectiva; pero hay que volver, así como hemos estado reflexionando que hay que volver a la simplicidad de la vida, pues simplicidad es el cuadro del pesebre”, externó.