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Abren frontera; se reencuentran familias

Gloria Aguilera. Foto: Especial

Gloria Aguilera. Foto: Especial

16 de Noviembre 2021

Tras casi dos años de haber cerrado el paso fronterizo por la pandemia del Covid, el muro burocrático internacional cedió dando paso a una oleada de familiares ansiosos que se reunieron para hacer un recuento de sus penas y alegrías.

NORMA RAMÍREZ / RICARDO RAMÍREZ

Por esta vez, en la vida post pandemia, el paso en la frontera con Estados Unidos, sirvió para reencontrarse, no para separarse. A dos años de cerrar los cruces fronterizos terrestres, una medida altamente cuestionada, el muro burocrático internacional cedió dando paso a una oleada de familiares ansiosos que se reunieron para hacer un recuento de sus penas y alegrías.

 

VOLVIÓ A VER A SU PADRE, FUE SU REGALO

Durante 20 largos meses, Gloria Aguilera González no pudo ver a su padre debido a las restricciones para el cruce a Estados Unidos para los mexicanos, pero fue hasta su cumpleaños cuando se produjo el reencuentro.

El 2020 marcó un antes y un después; al momento que se ordenó por parte de las autoridades de Estados Unidos las medidas de restricción y cierre inmediato de la frontera prohibiendo el paso de turistas no esenciales.

Fue hasta el pasado 8 de noviembre de 2021 cuando se dio vuelta a la página y por fin las fronteras de México y Canadá se volvieron activar, algo que benefició al comercio pero en especial a las cientos de familias que no se veían desde el inicio de esta pandemia.

Algunas de estas familias se reencontraron en suelo americano, pero el caso de Gloria fue diferente, ella narró  su experiencia que vivió en estos 600 días de no poder cruzar a Estados Unidos, aunque su anhelo era ir a la casa de reposo en Eagle Pass, Texas, en donde vive su padre, ex telegrafista en Piedras Negras, sub jefe de Telégrafos, Gilberto Aguilera García, de 91 años y quien padece Alzheimer.

Pero el reencuentro no fue  así; este se dio el pasado mes de octubre en su cumpleaños, cuando sus hermanos por fin pudieron traerlo a Piedras Negras para estar celebrando junto a ella, a quien le llama “More”.

Un día antes, sus hermanos, a pesar de querer que fuera una sorpresa, decidieron mejor avisarle para evitar algún problema de salud en Gloria, al momento de ver a su padre no pudo contener sus emociones, estas surgieron a flor de piel y se convirtió en lo que calificó en el mejor regalo que ha recibido.

Durante estos 20 meses de ausencia tenía contacto vía telefónica o video llamada pero en esas charlas la constante de su padre era preguntarle que cuándo iría a verlo, por lo que le tuvo que decir el motivo, diciéndole de manera coloquial “Esos gringos que no nos dejan pasar papá”, pero cada vez que se daba una fecha posible de apertura esta se postergaba impidiendo cumplir con este deseo.

Al paso del tiempo, cuatro días antes de la reapertura de los puentes internacionales, la familia sufrió un revés en donde la muerte sorprendió a uno de sus miembros que residen en Eagle Pass, Texas, por lo que se acercaron sus familiares de Estados Unidos con el Consulado para solicitarle un permiso humanitario para que los agentes aduanales les permitieran acudir al funeral, una vez en la garita les revisaron sus papeles y les hicieron una serie de cuestionamientos para posteriormente dejarlos pasar.

Aguilera González narró que las autoridades hablaron con Paul del Rincón, director de Aduanas y Protección Fronteriza para que les permitiera la entrada, misma que fue aceptada, pero solo les dieron un día para dicho permiso.

Al llegar a la funeraria volvió a ver a sus familiares después de mucho tiempo de no hacerlo, aunque admitió que le hubiera gustado que las cosas fueran diferentes pero lamentablemente no fue así.

Relató que a pesar de tener la oportunidad de visitar a su papá en el lugar de retiro, decidió no hacerlo debido a su   condición anímica por el fallecimiento de su familiar y aunque su padre tiene lapsos de olvido, sí percibe la alegría y más la tristeza y hubiera preguntado qué pasaba y no se sentía con las fuerzas de explicar lo sucedido y el entorno que causó la muerte de su ser querido. 

“Ya pasando todo esto ya tendrá oportunidad de visitarle el tiempo que sea permitido, por lo menos una vez por semana debido a la cuestión económica por ser pensionados, por lo que tienen que hacer rendir los recursos hasta fin de mes, pero el tener la oportunidad de volver a cruzar la frontera es un alivio en todos los sentidos”, finalizó.

 

DOÑA MARY VOLVIÓ A VER A SUS NIETOS

Con la reciente apertura de los cruces internacionales para viajeros no esenciales, algunas familias pudieron volver a abrazarse después de casi 2 años de no poder cruzar la frontera, tal es el caso de la señora María, quien pudo reunirse con su hijo y sus nietos que viven en Arlington, Texas. Además de las casi siete horas de viaje en automóvil para recorrer más de 650 kilómetros, el cierre del puente resultó una barrera infranqueable durante casi dos años de pandemia.

María Hernández, de más de 60 años, viajó el lunes por la mañana, recién abierta la frontera, hasta Arlington, a unos kilómetros de Dallas, Texas, para poder visitar a su hijo Ernesto, a su nuera Noemí y a sus nietos, a quienes desde diciembre de 2019 no había podido visitar debido a las restricciones por la pandemia del Covid-19.

Entusiasmada comentó que sus nietos ya habían crecido demasiado en estos casi dos años y aunque fue una visita muy rápida, dijo que aprovecharon para festejar su reencuentro con una “carnita asada”.

“Estoy muy contenta porque ya pude ir a visitarlos, están en Clevert, Texas. Emocionada porque ya fui a verlos, ya tenía mucho tiempo que no los miraba; ya mis nietos están bien grandotes y fui y les di su abrazo y todo, del gusto de volverlo a hacer. Hasta una carnita asada me hicieron y pues estoy muy contenta porque ya abrieron el puente y podemos ir a visitarlos cuando queramos ”, manifestó.

Doña Mary, quien tiene un negocio de comida en Ciudad Acuña, comentó que ahora con la eliminación de las restricciones de viajes buscará visitar con más frecuencia a su hijo y nietos, ya que al reflexionar sobre la separación que generó la pandemia, dijo valorar mucho el tiempo que pasa junto a sus seres queridos.

Por supuesto también aprovechó estar en Estados Unidos para comprar algunos artículos, como ropa o comida que no se puede encontrar en México, actividades que realizó para aprovechar la “vuelta”.

“Compré ropa, regalos para mi familia y comida; nos pidieron que tuviéramos las vacunas y la visa. No había mucha fila, estaba más o menos”.

Con respecto a la documentación que las autoridades norteamericanas anunciaron que sería necesaria para cruzar la frontera, comentó que al momento de llegar al Puente Internacional, los oficiales de migración se portaron muy amables y que solo comprobaron la vacuna y la fecha en que se aplicó el biológico y les permitieron seguir su camino. Ya en el resto del trayecto, ninguna autoridad norteamericana les volvió a solicitar ningún tipo de información.